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Oaxaca, Oax., 20 de enero de 2012 (Quadratín).- Al final el impuesto a la tenencia vehicular de carácter federal ya no existe y la mayoría de las entidades federativas han legislado al respecto, de diferente manera, al haberse dejado como opción que pudieran establecer un impuesto local con características similares al federal, pero sin un consenso previo. Algunas lo hicieron hace dos años y otras apenas lo están haciendo. La mayoría legisló al respecto, eliminando su cobro para los vehículos de menor valor económico, otorgando un estímulo fiscal a quienes estén al corriente del pago del mismo y como en el caso del DF, del pago de otros tributos locales como el predial.
Cada quien legisló de manera diferente, con subsidios que van de los 400 a los 100 mil pesos, reduciendo por supuesto el potencial recaudatorio del hoy impuestito que, por cierto, es falso se haya creado en 1968, se crea realmente en 1961.
Derivado de la crisis de 1995, hacia 1997 como medida de apoyo a las entidades federativas, se les deja la Administración del impuesto, esto es el cobro, sin perder su carácter de impuesto federal, dándoles como incentivo a su esfuerzo recaudatorio el cien por ciento de lo cobrado en un acto de colaboración administrativa.
Las leyes de cada Entidad, tienen características diferentes, en virtud de que no se ha consensado en la coordinación fiscal, lo cual tendrá que hacerse, por lo que valdría la pena crearán un Grupo de Trabajo para hacerlo, o si es posible, lo incluyan en la Agenda de la CONAGO.
El consenso es bueno, por ejemplo hubo coincidencias en el monto del subsidio entre el EDOMEX y el DF, donde el Congreso Local y la Asamblea de Representantes decidieron modificar al final las propuestas que lo eliminaban, dejando sin aplicarlo a los vehículos con valor menor a 350 mil pesos, que representan cerca del 90 % del total. ELDF incluso incluye una tasa de depreciación. Sin embargo el costo recaudatorio es importante en ambos casos, más para el DF que de 6 mil millones de recaudación inercial, quedará apenas arriba de los mil y en el segundo caso de 2.5 mil millones aproximados recaudarán alrededor de 500.
Nuevo León tiene un subsidio de 200 mil pesos y Querétaro de 400 mil. Tabasco tiene un subsidio generalizado que funcionó muy bien en 2011. Puebla y Morelos no lo cobran, aunque la primera sí legisló. En Oaxaca se cobra como impuesto local desde 2010, a pesar de críticas partidistas de la oposición equivocadas.
En Veracruz el Congreso había decidió no clonar el impuesto, pero luego reviraron por la crisis internacional y sus repercusiones sobre nuestro País.
En suma no se consensó antes de promulgar su deceso, pero eso ya pasó, y lo que viene es que las entidades federativas se pongan de acuerdo para concertar ciertas características del impuesto, para evitar guerras entre ellas mismas por los contribuyentes.
En el caso de Oaxaca se habló esta semana de molestias a quienes han emplacado en Puebla y residen en Oaxaca. Es diferente lo que sucede en DF y el EDOMEX que tienen por razones ambientales, restricciones a la circulación de vehículos de otras entidades federativas.
En suma de un buen Impuesto con importancia recaudatoria relevante, llego a representar más de 25 mil millones de pesos, se transformó en impuestito, con una recaudación reducida.
Las entidades que lo usan van a incrementar su recaudación de ingresos propios, a pesar de que tengan menos recursos provenientes de lo que quedó del impuesto y porque el potencial de los otros impuestos locales es muy reducido: impuestos a la nómina que no son los mejores- , al hospedaje, anuncios y derechos de bebidas alcohólicas que en muchos casos es municipal.
Los grandes perdedores con esta bajada recaudatoria son los municipios que reciben por lo menos el 20 % de lo recaudado y que deberán incrementar su recaudación del predial.
En la coyuntura electoral, deberán insistir en la necesidad de que se les regresen facultades recaudatorias importantes, ya que sin una política de descentralización de las potestades impositivas, difícilmente la recaudación tendrá los niveles que el desarrollo económico y social del País requiere, ni podrá existir una reforma fiscal que además de sencilla y progresiva, sea federalista y políticamente viable.
*Profesor de Finanzas Estatales en la UNAM. Ha sido Titular de la UCEF y Presidente del Colegio Nacional de Economistas.
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