David Colmenares /Signos y Señales / Pacto fiscal y reciprocidad

Oaxaca, Oax. 11 de marzo de 2013 (Quadratín).- En 1998 dos años ante de que concluyera el siglo XX, la CEPAL se pronunció por la necesidad de renovar el Pacto Fiscal en cada País latinoamericano a partir del análisis de su fortalezas, debilidades y desafíos. Destacaba avances en las tres décadas previas, pero la prioridad dada al tema financiero, dejo de lado aspectos sustantivos de las finanzas públicas, como es el caso de la equidad.
Señaló el organismo de las Naciones Unidas que “ el grueso de la atención fue puesto en el alcance y mantenimiento del equilibrio financiero, dejando en un segundo plano la atención a otros posibles objetivos de la política fiscal, aun cuando tales objetivos hayan concitado fuertes consensos”,
Un ejemplo, los esfuerzos para diseñar una nueva gestión gubernamental orientada a resultados y por mejorar la discusión democrática del presupuesto, fueron por decir lo menos, insuficientes”.
Los temas de la Agenda ahí están y en México fueron retomados en el Convención Nacional de las Haciendas Públicas de 2004, que contempló lo referente a ingresos, gasto público, deuda pública, administración tributaria, coordinación fiscal, contabilidad gubernamental así como transparencia y rendición de cuentas. Al final fue una experiencia exitosa, con más de 300 acuerdos de consenso, los cuales se dividieron en los de carácter administrativos y los que forzosamente tenían que pasar por el Congreso. El Poder Legislativo participó intensamente en la Convención, sin embargo sólo con voz, no voto, a partir de la propia definición que hicieron en el Cámara de Diputados en relación a que los temas llegarían al Congreso y ahí los diputados decidirían.
Hubo temas concretos que han ayudado a las finanzas estatales como es el caso del acuerdo de 2006 donde se convienen diversos asuntos para dar cumplimiento a los acuerdos de la Convención Nacional, entre otros por ejemplo regularizar el entero de los impuestos retenidos sobre la renta de los trabajadores, así como los que tienen que pagar las dependencias federales. Se fijaron etapas para fortalecer los fiscos estatales, dándoles entre otras facultades la recaudación del ISPT, empezando por el régimen intermedio, la creación de un impuesto a las ventas compensado con la reducción del IVA, se pensó en la autonomía del SAT, incluida la presupuestal, y se generó un Manuel de Buenas Prácticas en materia de Deuda Pública
Sin embargo ha seguido pendientes los temas de la equidad, la progresividad y la descentralización,.
Un buen instrumento es el Presupuesto de Gasto fiscales, el cual cuenta con una metodología que no ha sido evaluada por la sociedad, pero es un buen indicador de la existencia de privilegios fiscales que tendrán que revisarse, algunos desaparecer y otro, los que tienen que ver con la inversión, el empleo y la equidad mantenerse, pero transparentando su integración.
La semana pasada el Panorama Fiscal de América Latina y el Caribe, difundo un documento sobre Reformas Tributarias y Renovación del Pacto Fiscal, pequeño documento de 50 páginas, donde se analizan los principales rasgos de la tributación en América Latina y el Caribe, así como La búsqueda de Reciprocidad como fundamento político de las reformas tributarias en América Latina y el Caribe.
Una primera lectura del mismo permita observar que en lo que va del siglo ha habido ligeros avances en materia del Impuesto sobre la Renta y del propio IVA, aunque los países que mas han incrementado la tasa del impuesto han introducido después regímenes especiales, como los que hay en México. De 2000 al 2011 la carga tributaria (excluidas las aportaciones a la seguridad social) aumentó del 12.7% al 15.7 % sólo en América Latina, excluyendo el Caribe.
Claro es un promedio, ya que dice CEPAL, “ en el grupo de países con menor carga tributaria, el avance ha sido menor, donde se destacan los casos de México y Venezuela”.
Habrá que revisar con atención ambos documentos. [email protected]

Foto: Ambientación