
¿Prohibido prohibir?
Oaxaca, Oax. 14 de enero de 2013 (Quadratín).- No hay duda de las ventajas del federalismo sobre el centralismo, pero aun así persisten inercias centralistas y regionalismos al interior de lo países como el nuestro
– Preservar la unidad nacional
-Debe ser sinónimo de descentralización
-Abatir las inercias centralistas
El tema fiscal es a la economía, lo que el federalismo fiscal lo es al debate sobre la organización política, la solución de los grandes problemas nacionales y la armonización del interés nacional. Está en el centro del análisis y de debate en el mundo.
La solución que se le al dilema entre descentralización y centralización, entre federalismo y estado unitario, se da en muchos países del Mundo, lo más notable hoy es en España, donde las tendencias antrópicas, además de Cataluña se observan ya en otras autonomías. En naciones federales como la nuestra, las inercias centralistas y los, los regionalismos al interior de algunas entidades federativas aun persisten.
Por ello es necesario evitar las inercias de un federalismo centralista, en los tres órdenes de Gobierno.
En un ensayo que tuve oportunidad me lo publicara la Revista Comercio Exterior hace casi 14 años, Retos del Federalismo Fiscal Mexicano, señalaba que el federalismo es una institución política y jurídica que en el ámbito del Estado, es una de las formas más conocidas de organización intergubernamental e integración de los diversos órdenes de gobierno y la más eficiente. Otras son los estados unitarios y las confederaciones de estados; en los primeros la estructura política es indivisible y en las confederaciones, que se usaban en el pasado con fines concretos de carácter militar o económico, no surgía un nuevo estado.
En el federalismo se comparten soberanías con el objetivo último de la unidad nacional y consolidar nacionalmente la diversidad cultural, histórica, geográfica, étnica y productiva. Es exitoso cuando se empatan federalismo y descentralización, es ineficiente cuando centraliza responsabilidades y recursos como en los estados unitarios. La coordinación intergubernamental es inherente al federalismo y la descentralización. Por supuesto es vital al interés nacional.
Aunque en el mundo los estados unitarios son mayoría, el federalismo como sistema de gobierno ha sido adoptado por estados con amplio territorio, como Rusia, India, Estados Unidos, Canadá, México, Venezuela, Alemania, Australia, Brasil y Argentina, entre otros, que ocupan más de la mitad de la superficie de la Tierra. La propia Comunidad Europea tiene su fortaleza en una organización federal, aunque muchos de sus miembros son naciones centralistas.
Con razón decía en 1987 el Maestro Benjamín Retchkiman, que aunque sólo existen pocas naciones federales-formalmente hablando- en un mundo de cientos de países, la discusión sobre el federalismo ha imbuido los organismos políticos de Occidente y su efecto se ha dejado sentir en todos los aspectos, tanto administrativos como económicos o institucionales también en los problemas fiscales es decir, de ingresos y gastos, presupuesto, deuda y administración pública-, de tal modo que la permanente discusión sobre centralización y descentralización- tanto económica como política y administrativa- no nada más es privativa de los estados federales, sino que se ha ampliado a todas las nacionales, cualquiera que sea su estructura.
En el federalismo:
Cada orden de gobierno mantiene su soberanía, preservando incluso su derecho a separarse de la federación.
Se da la participación de los gobiernos subnacionales en las decisiones de carácter nacional.
La soberanía política como los derechos y las obligaciones se dividen entre los diferentes órdenes de gobierno.
Las competencias, como las de carácter fiscal, se establecen en la Constitución y sólo pueden modificarse con enmiendas a la misma por parte del poder legislativo.
Algunas competencias se descentralizan y las de interés nacional se reservan para el orden central o federal.
Los estados conservan su autonomía y tienen competencias exclusivas. El ejercicio federalista demanda del logro de acuerdos para en el caso fiscal- distribuir competencias y responsabilidades, preservando la unidad nacional.
En suma, la importancia del federalismo radica en la voluntad de las partes para alcanzar el equilibrio entre las dos competencias, la federal o nacional y la de los gobiernos subnacionales o estatales.
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