Día 24. Claudia: forjar su hegemonía, no la de AMLO
OAXACA, Oax. 8 de noviembre de 2013 (Quadratín).-En 1990 se aprueban por consenso mayoritario de los funcionarios fiscales de las entidades federativas y de la SHCP encabezados por Paco Gil –entonces SSI-, cambios graduales en las fórmulas de distribución de participaciones, que pretendían reducir los diferenciales per capita en la distribución de las mismas, introduciendo en la misma proporción y con el mismo peso, el factor poblacional y la dinámica de los impuestos asignables, así como tenencia e ISAN, para la distribución del Fondo General de Participaciones. También se crearon incentivos al esfuerzo recaudatorio de los municipios, ya que el Fondo de Fomento Municipal se distribuiría desde 1991, a partir de la dinámica recaudatoria de predial y agua. En un proceso gradual se consolidó el proceso en 1994. Los cambios funcionaron.
Estos fueron tan importantes, que la fórmula funcionó al cien por ciento durante 17 años y aun hoy más de dos terceras partes de las participaciones se distribuyen con la misma.
En 2008 hubo cambios nuevamente, pero sin consenso y finalmente los incrementos nominales sobre 2007 se distribuyen hoy de acuerdo a la población domiciliada, eliminándose cualquier incentivo al esfuerzo recaudatorio local.
Ahora bien dadas las condiciones de bajo crecimiento que se dieron principalmente de 2008 a 2012, sigue pesando fuerte la fórmula de 1990, aunque el destino ya alcanzó a algunas de ellas en terrible crisis fiscal, destacadamente Tabasco, aunque con fuertes impactos en el DF, Chiapas, Nuevo León, Campeche, Coahuila entre otras.
Regresando a los noventa, en 1991 los funcionarios fiscales estatales de la época, consideraban que era el momento de analizar la contraparte, esto es el gasto público, particularmente el de educación y salud.
Había entidades, como Chihuahua y Baja California que destinaban recursos importantes al sistema estatal de educación básica –Chihuahua hasta el 70 por ciento de sus participaciones- , mientras varios no tenían maestros estatales.
Ese año la comisión permanente de funcionarios fiscales (CPFF), decide crear un subgrupo de trabajo coordinado por Don Víctor Gómez histórico Tesorero de Nuevo León, dentro del Grupo de la Fórmula, para empezar revisar lo referente al gasto en estas dos materias.
Al año siguiente a nivel central se decide la desconcentración del gasto en educación básica, sin haberlo estudiado previamente con las entidades federativas, que de repente se convierten en patrones substitutos de los maestros federales, asumiendo la responsabilidad de los servicios administrativos, en medio de un caos administrativo.
En suma con la desconcentración, llamada “federalización”, se intentaba debilitar al SNTE y sólo se transfirió a las entidades federativas un verdadero dolor de cabeza, sin haber depurado plantillas, con convenios y usos y costumbres perversos con el sindicato nacional.
El no reconocimiento de acuerdos derivados de la doble negociación, que no se concertó en un principio, ha derivado en hechos como el que las entidades paguen hasta 135 días entre aguinaldo y prima vacacional, y sólo se les reconozcan 50 -40 y 10-, que los tiene en déficit creciente.
Se recurrió desde hace años a los “anticipos de calendario” que sólo posponen la solución de un problema estructural y generan incumplimientos en la normativa por parte de las entidades federativas.
Desde el arranque hay problemas para saber con exactitud el número de maestros frente a grupo, ya que las estadísticas educativas de la SEP y las de las entidades federativas, presentan números que difieren radicalmente y esto es responsabilidad de ambos.
El Censo que ha iniciado el INEGI, es un buen un gran paso adelante para iniciar la conciliación de plantillas, sin embargo ya se han presentado problemas en algunas entidades.
Por otra parte habrá que agregar un mecanismo sencillo de actualización periódica de las cifras, ya que el Censo es una fotografía cuyas números cambiarán periódicamente, como sucede con las participaciones.
En el INEGI dirigido por el Dr. Eduardo Sojo, existe la experiencia necesaria para hacerlo.
Con las cifras del Censo Educativo se podrá poner la SEP a conciliar las plantillas, a cargo de Nicolás Kublick, un buen funcionario con experiencia financiera.
Ha sido Presidente del Colegio Nacional de Economistas.