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OAXACA, Oax. 4 de octubre de 2013 (Quadratín).- Hace más de 15 años, se publica el Código Revisado de Buenas Prácticas de Transparencia Fiscal del FMI, con cuatro ejes: una clara definición de funciones y responsabilidades; Procesos Presupuestarios Transparentes; Acceso del Público a la Información; y Garantía de Integridad.
El Código destaca que el sector gobierno deberá distinguirse del resto del sector público y del resto de la economía, así como que las funciones de política y administración deben ser claras y divulgarse a la población.
Se plantea que la elaboración del Presupuesto deberá respetar un calendario establecido y regirse por objetivos de política macroeconómica y fiscal claramente definidos. Contiene muchos elementos adicionales en el mismo, cuya utilidad ha sido evidente.
Desde 1977 se empieza a hablar de la Transparencia, fundamentalmente de la fiscal, impulsada por diversos textos, entre los que recuerdo lo escrito por George Kopits, economista quien participó en México en un foro destacado sobre Experiencias de Reforma Fiscal en el Mundo que se celebró en la Ciudad de México, donde habló de las experiencias de Reforma Fiscal en Europa y en otro sobre Reglas Fiscales en la Ciudad de Oaxaca.
Han pasado muchos años y el tema de la transparencia fiscal y el propio Fondo Monetario Internacional recuerda esos momentos, que sin duda han dado pauta a muchas reformas a favor de la transparencia, particularmente en las finanzas públicas.
Los avances son notables, no sólo a partir de la publicación de información económica oportuna en nuestro País y en el mundo, como ya lo he comentado, cuando era una odisea conseguir oportunamente un informe como los de CEPAL, BANXICO, etcétera.
Desde luego la creación del INEGI fue un parte aguas en este proceso, así como la del IFAI, que ha tenido que batallar para evitar se limite el acceso a la información o se abuse de la reserva de información. La federalización con los órganos garantes de la transparencia, son otro paso importante. Por cierto ellos patrocinaron el estudio sobre la Métrica de la Transparencia que elaboró el CIDE hace algunos años, que por cierto pronto elaborará un segundo estudio.
Las páginas de muchas dependencias federales son un buen ejemplo de ello, destacando la información anexa al Informe Trimestral que elabora la Secretaría de Hacienda.
La crisis económica iniciada en 2008, aun presente en numerosas economías europeas, como las de Grecia ,España, Portugal, Italia e Irlanda para citar los más evidentes, la transparencia fiscal se convierte en un instrumento necesario y fundamental para evaluar a las políticas públicas y crear un sistema de prevención de riesgos, tanto en el ámbito fiscal, como en el financiero.
La crisis ha mostrado los hoyos negros de la información fiscal. También el exceso puede provocar opacidad.
Los instrumentos generados por el Fondo desde 1997, una serie de normas internacionalmente aceptadas sobre Transparencia Fiscal, como el Código de Buenas Prácticas de Transparencia Fiscal, el Manual de Estadísticas de Finanzas Públicas, adicionalmente lo que han aportado desde el Centro Interamericano de Administración Tributaria con sede en Panamá y por supuesto CEPAL, cuya sede está en Santiago de Chile.
La generación sobre ingresos elaborada conjuntamente por el CIAT, CEPAL y OCDE, además de la información en si misma ha generado definiciones metodológicas importantes, igual que el de las Estadísticas Financieras del FMI.
Dice el Fondo que “más del 40 % de los gobiernos ahora producen estadísticas fiscales que abarcan la totalidad del Gobierno General, y más del 20 % de los gobiernos preparan balances que abarcan como mínimo sus tenencias de activos y pasivos financieros”. (FMI. 31.11.2012.)
Esto implica la adopción de mejoras de la declaración sobre normas de datos fiscales, un esfuerzo más concertado para acelerar la implementación de las normas y una vigilancia más estricta del cumplimiento de las mismas.
Lo anterior empata con el esfuerzo que se realiza en algunas naciones, como la nuestra para fortalecer los mecanismos de transparencia a través de la contabilidad gubernamental, fortalecimiento de las instituciones dedicadas a la misma y a su fiscalización. Los avances generados a partir de las normas del CONAC en México son un hito en este sentido. ([email protected])