Bloquean vecinos de la Gómez Sandoval por obra inconclusa
OAXACA, Oax. 18 de octubre de 2015.- El arzobispo de la Arquidiócesis de Antequera, José Luis Chávez Botello afirmó que en Oaxaca urge cambiar de lenguaje en todos los niveles y dejar atrás acciones que dañan y destruyen a la sociedad.
El prelado señaló que por desgracia se atiende más a los que hacen “berrinches sociales” que a los que están día a día luchando con su trabajo, paciencia y honestidad.
“Me duele ir a comunidades y palpar que hay personas que sufren injusticia social y pobreza, pero están luchando y ellos no se han manifestado en esa forma, lo manifiestan en su trabajo honesto”, dijo.
Confió en que las autoridades escuchen a sector de la población y pongan mayor atención hacia quienes hacen el trabajo sencillo, honesto y paciente de tantas comunidades que están sufriendo por la ambición y la irresponsabilidad de otros.
En su conferencia de prensa dominical, puntualizó que la violencia no se quita con gritos ni con manifestaciones agresivas, sino con el bien, el trabajo honesto de cada día y con una buena comunicación, lo cual es uno de los objetivos de la campaña de reconciliación y paz que impulsa la iglesia católica.
Pidió que en todas las escuelas se enseñe a los niños a comunicarse bien, que en todas las instancias de gobierno y paraestatales haya una comunicación de la verdad, clara y con la intensión de ayudar.
Hay un lenguaje agresivo, no positivo, ese es el lenguaje que no se ha revisado en Oaxaca, ni se ha podido reorientar, comentó.
Agregó que este mensaje de cambiar es para todos: el gobierno, instancias, universidades, policías e iglesia.
El arzobispo Chávez Botello exhortó a buscar la mejor manera de trasmitir verdad, lo que ayude para la vida y lo que nos lleve a unir, no solo palabras que vayan los signos, que vayan acciones.
Por otra parte, dio a conocer que son ya más de 500 personas quienes se sumaron en el Juramento por la campaña de reconciliación y paz que se inició en el 2014 en el Santuario de la Virgen de Juquila, con la Coronación Pontificia de la Inmaculada.