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MORELIA, Mich., 26 de noviembre de 2014.- Con una molécula sintética a la que ha dotado de una novedosa aplicación, un grupo científico encabezado por Alfredo Torres Larios, investigador del Instituto de Fisiología Celular (IFC) de la UNAM, ha logrado en un modelo in vitro inhibir la actividad de una enzima del virus causante de la influenza AH1N1.
De acuerdo con un comunicado, a través de este desarrollo, al que aún deben realizarle pruebas experimentales en animales y protocolos clínicos con humanos para llegar al mercado, ensayan a nivel molecular varias rutas para impedir que la enzima neuraminidasa, una proteína de superficie presente en la parte más externa del virus, pueda accionar.
Por esta investigación, Torres Larios obtuvo el tercer lugar del Programa de Fomento al Patentamiento y la Innovación de la Coordinación de Innovación y Desarrollo (CID) de esta casa de estudios, un esfuerzo institucional por llevar a la industria y la sociedad nuevo conocimiento generado en la Universidad Nacional.
“Desde 2009, año en que ocurrió el brote de influenza AH1N1, comenzamos a trabajar dos grupos del IFC, el del investigador emérito Armando Gómez Puyou (ya fallecido) y el mío, para desarrollar un fármaco inhibidor del virus. Especialistas del Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias (INER) nos proporcionaron el virus, con lo que iniciamos el estudio y las pruebas in vitro”, señaló.
Molécula sintética contra enzima viral A partir de la molécula sintética 6-Quinoxanilamina, Torres y sus colaboradores obtuvieron derivados que han probado en el laboratorio para impedir que ese organismo inicie su trabajo como agente infeccioso.
“El 6-Quinoxanilamina es un compuesto que demostró tener propiedades inhibitorias sobre una de las enzimas –la neuraminidasa–, crucial para la propagación del virus. Es un inhibidor y, hasta ahora, un protofármaco, pues aún no puede ser administrado. Provee una especie de raíz sobre la cual se puede crecer para desarrollar un medicamento más completo”, detalló.
A la enzima que se desactiva está dirigido el medicamento Tamiflú, con el que se trata la influenza, desarrollado a partir de la metodología que Torres utiliza, la cristalografía de rayos X. “Al nuevo fármaco le pondremos otra molécula que no tiene que ver con el que está en el mercado”, aclaró.
Algo novedoso de esta investigación es que la molécula sintética aparentemente no se pega al sitio activo del virus y eso es relevante, pues muchas drogas están encaminadas al mismo. “Esto resultaría ventajoso, pues el fármaco no compite con el ligando natural y de esta manera se puede sorprender al virus”, remarcó.
Con una patente en trámite para proteger la molécula, sus derivados y los usos descritos, el investigador del IFC requiere financiamiento de una empresa farmacéutica para avanzar en su desarrollo. “Lo más costoso es la fase clínica, que necesita realizar protocolos en humanos”, dijo.
Antes de pasar a una etapa de pruebas en mamíferos, Torres y sus colaboradores buscan desarrollar al menos una decena de compuestos activos derivados del ya encontrado para llegar a otras etapas de su estudio con más oportunidades de éxito.
“Estamos en un buen momento para patentar y hacer un proyecto conjunto con alguna compañía farmacéutica que esté interesada”, finalizó.