
Bloquean vecinos de la Gómez Sandoval por obra inconclusa
OAXACA, Oax. 26 de julio de 2014 (Quadratín).- Integrantes de las diversas delegaciones que participarán el lunes en la Octava de la Guelaguetza participaron este sábado en el tradicional desfile de las delegaciones.
Sin la presencia del gobernador Gabino Cué y únicamente con la asistencia del presidente municipal de Oaxaca de Juárez, Javier Villacaña Jiménez y su esposa Verónica Quevedo, los grupos representativos de las diferentes regiones del estado partieron en punto de las 18:00 horas del jardín Morelos con destino al templo de Santo Domingo.
Debido al plantón que el magisterio mantiene en el primer cuadro de la ciudad el recorrido tuvo que ser modificado.
La fiesta continuó su paso Avenida Independencia hasta la calle de Macedonio Alcalá, para llegar al templo de Santo Domingo de Guzmán.
El desfile de delegaciones que participarán en el Segundo Lunes del Cerro, inició luego de la convivencia en la Comida de la Hermandad, donde los participantes de esta fiesta se reúnen de manera previa para compartir la alegría de la fiesta y el baile.
Encabezaron el desfile las Chinas Oaxaqueñas, seguidos de la delegación del Istmo y la sierra mazateca. Posteriormente, la delegación de Tlaxiaco, la danza de la pluma de Tlacochahuaya, la delegación de Juquila y Sola de Vega, que también mostraron lo mejor de su cultura.
Atrás la Villa de Tututepec y después Ejutla de Crespo.
La delegación de Santo Domingo Tehuantepec y San Pedro Ixcatlán continuaron el recorrido, seguidos de Santiago Jamiltepec.
Después San Bartolo Coyotepec y atrás los jamás conquistados, los Mixes con San Pedro y San Pablo Ayutla.
A lo largo del recorrido las delegaciones recibieron el aplauso y reconocimiento de turistas nacionales y extranjeros que se dieron cita por las calles que recorrió el contingente.
Bajo un cielo esplendoroso, el desfile de delegaciones hermanó una vez más a oaxaqueños y visitantes. El ritmo, la música, el sabor y la alegría de las decenas de hombres y mujeres de las ocho regiones desbordaban júbilo, amor y orgullo de sus raíces, fueron los elementos esenciales que acompañaron a esta calenda durante todo el recorrido.
Nadie perdió la oportunidad de bailar, cantar, aplaudir y gritar por las diferentes calles de la Verde Antequera, como una forma de unirse y ser parte de tan mágica fiesta oaxaqueña, ícono de la riqueza cultural de México y América Latina.