Avanza la rendición de cuentas como política de Estado: Colmenares
MÉXICO, DF. 4 de agosto de 2014 (Quadratín).-De aprobar el Senado de la República la deuda de Pemex y CFE –ya aprobada por la Cámara de Diputados Federal- sería como quitar 40 años de inversión en infraestructura y desarrollo para la región Sur-Sureste del país, la más atrasada, informó el presidente de la Comisión Sur-Sureste de la Cámara de Senadores, Benjamín Robles Montoya (del PRD).
A su participación con líderes de la izquierda mexicana e investigadores en la mesa redonda sobre la reforma energética, que organizó una cadena de televisión internacional, el legislador oaxaqueño asentó:
Lo que estamos viendo es una incongruencia del Gobierno Federal: Esos dos billones de pesos de deuda, ellos dicen que es para que al país le vaya mejor. Según el actual gobierno se van a invertir en los próximos años que faltan para que concluya la administración un poco más de 300 millones al Sur-Sureste del país, el más retrasado. Estamos hablando que le vamos a quitar casi 40 años de inversión con ésto que se convierte en deuda pública, que los mexicanos van a tener que pagar, que no estábamos enterados, estamos viendo opacidad, corrupción”.
Robles Montoya señaló que los pasivos billonarios de Petróleos Mexicanos y la Comisión Federal de Electricidad (CFE) son derivado de los malos manejos administrativos y saqueo de que han sido objeto ambas paraestatales por los gobiernos priistas. Y ahora los legisladores del PRI y el mismo Enrique Peña Nieto quieren que todos los mexicanos paguen las consecuencias de la corrupción y robo a estas empresas paraestatales.
“Es falso que el Gobierno Federal diga que el rescate de Pemex y CFE es para beneficio de los trabajadores, habría que investigar primero en que se utilizó todos ese dinero, porque estamos hablando de dos millones de millones de pesos, que es muchísimo dinero y no se pudo haber desaparecido así nada más”, cuestionó el senador del Partido de la Revolución Democrática (PRD).
Por eso en la izquierda y en el PRD, sostuvo, se mantiene la propuesta de que sí hay que reformar el sector energético pero para fortalecer a las instituciones públicas no para desmantelarlas.
Y es que dijo que toda la reforma energética se ha manejado en medio de la opacidad y traición a la confianza de las y los mexicanos para seguir fomentando la corrupción en el manejo y explotación de la riqueza energética del país, por ejemplo en la asignación de la ronda cero, una gran reserva de hidrocarburos en el Golfo de México, y que se va a compartir con empresas extranjeras; o ahora con la deuda que el PRI y su presidente quieren que asuman los mexicanos por generaciones.