
Denuncia Ucizoni impedimento para enterrar a sus 3 muertos por ataque
Oaxaca, Oax. 26 de enero de 2011 (Quadratín).- Con su permiso Señora Presidenta. Compañeras y compañeros legisladores: Con orgullo, el Grupo Parlamentario del PRD propone que se inscriba en los muros de este recinto el nombre del líder sindical y político Demetrio Vallejo.
De esta manera, le proponemos a esta Soberanía, a ustedes señoras y señores Diputados, no sólo reivindicar la memoria de un oaxaqueño distinguido, sino ponderar y valorar la lucha por la independencia política de la clase trabajadora como uno de los procesos más importantes del siglo XX.
Fue en las décadas de los años 50 a 80 cuando Demetrio Vallejo dio su pelea fundamental por crear una corriente independiente y popular que, en mucho, es responsable de abrir las libertades democráticas.
El México de los años sesenta era, muy distinto al México de hoy, pero al mismo tiempo nos recuerda que los tiempos del autoritarismo no se han ido del todo. En esos años una preocupación primordial del régimen era impedir la existencia de voces independientes, la disidencia se compraba y cuando eso no era posible se le reprimía con golpes, con acusaciones falsas, con campañas de difamación, mientras que el ejercicio de los derechos políticos sólo se permitía entre los adeptos al sistema. Eran los tiempos del sí señor como única respuesta al poder.
En ese contexto, donde las luchas independiente pagaban su osadía con la cárcel y la represión, es donde se dimensiona la figura de Demetrio Vallejo, por ser una voz libre y disidente.
Originario del municipio de El Espinal, Oaxaca, Demetrio Vallejo nació en el mismo año que la Revolución Mexicana, el 6 noviembre de 1910, y como muchos istmeños tuvo como idioma materno el zapoteco.
Sin importar su escasa formación académica, rápidamente Demetrio se hizo un lugar en su comunidad. Lo primero que hizo fue ser chícharo en la estación, con una categoría que hoy equivaldría a la de un trabajador eventual.
Poco después, Demetrio Vallejo conoció a líderes que lo invitaron a unirse al Partido Comunista Mexicano, lo que aceptó gustoso y en donde inicia su militancia, formando en 1936 la Federación de Trabajadores del Istmo.
Ya como activista de izquierda, Vallejo fue comisionado a Coatzacoalcos, en donde empezó a organizar a los trabajadores de las fábricas de refrescos, de las empresas hieleras y de la construcción con los que llegó a formar un combativo Comité Regional del PCM.
Dicho comité se convirtió en el motor de la constitución de la Federación de Trabajadores del Sur de Veracruz, en la que participaron las secciones petroleras del sur, y una gran cantidad de los sindicatos de Coatzacoalcos, Minatitlán, Agua Dulce, Las Choapas, Acayucan y de
Jesús Carranza.
Cuando las directrices dogmáticas del PCM entraron en conflicto con la Federación Veracruzana, está se empezó a resquebrajar y posteriormente Vallejo fue expulsado del Partido Comunista.
Pero mantuvo sus convicciones de izquierda y de lucha sindical, continuando su militancia política en el Partido Obrero Campesino de México, que habían formado algunos comunistas históricos como Valentín Campa, Miguel Ángel Velasco, Miguel Aroche Parra y Alberto Lumbreras.
Como oaxaqueños, podemos afirmar que una de las luchas por la libertad sindical de los trabajadores mexicanos empezó en una de las regiones de nuestro estado.
En 1958, Vallejo impulsa el Plan del Sureste, para organizar y encabezar las huelgas ferrocarrileras de 1958. Como presidente de la Gran Comisión Pro Aumento de Salarios, Vallejo pone toda su energía en preparar y estallar la huelga escalonada que paralizó al país del 26 de junio al 1 de julio, hecho que le gana el reconocimiento de los trabajadores del riel, primero; y después de la clase obrera.
Posteriormente, en agosto de 1958, lo eligen Secretario General del Sindicato Nacional de Trabajadores Ferrocarrileros de la República Mexicana (STFRM), con una abrumadora votación a su favor de 59,759 votos contra 9, en una de las luchas más importantes de los trabajadores mexicanos.
En 1959 las negociaciones laborales fueron difíciles, y en el ánimo del gobierno no se podía aceptar que el líder más importante del sindicalismo tuviera la influencia de la izquierda.
En ese año de 1959, que fue el año en que triunfa la Revolución Cubana, el gobierno decide endurecerse, porque veía en Vallejo una amenaza: la de un complot comunista y para frenar los triunfos de los sindicalistas los provoca al excluir de los beneficios contractuales a las empresas Ferrocarriles Mexicanos, del Pacifico y la terminal de Veracruz.
Los sindicalistas respondieron con una huelga que fue declarada inexistente y se despidieron a más de 8 mil trabajadores.
Pero el régimen no se conformó con esa agresión. Aún cuando Vallejo realizaba sus actividades como dirigente sindical sin incitar a la violencia y sin importar que estuvieran abiertas las negociaciones, en marzo de 1959 el gobierno decide golpear la cabeza del movimiento y detiene a
Demetrio Vallejo.
Así fue como Vallejo fue recluido en Lecumberri bajo el cargo de disolución social y de sabotaje, por 11 años 4 meses y un día. También hubo asesinatos en Monterrey y detenciones a varios cientos de ferrocarrileros que fueron a las cárceles acusados de querer cambiar a su país, porque en aquellos años eso era visto como un delito: el de la disolución social.
Vallejo no se dio por vencido y desde la cárcel mantuvo huelgas de hambre, escribió libros y artículos, pero sobre todo siguió siendo un símbolo que recordaba a todos que la contención y la represión a la disidencia social era una realidad contra la cual había que luchar.
Vallejo fue un preso político histórico, como también lo fueron Valentín Campa (detenido en 1960) e incluso por un lapso más corto el muralista David Alfaro Siqueiros. Vallejo fue un líder que enfrentó el poder, entonces incuestionable del gobierno como lo hicieron, entre otros, Othón Salazar con el magisterio, Rubén Jaramillo en Morelos, así como Genaro Vázquez Rojas y Lucio Cabañas en Guerrero.
Vallejo se convirtió en un símbolo que evidenciaba la injusticia y opresión que sufrían las voces independientes de nuestro país, por eso no fue casual que durante el movimiento de 1968, los jóvenes y la izquierda pelearan por la liberación de los presos políticos y que siempre
Demetrio Vallejo fuera el primero de la lista.
En 1971 Vallejo es liberado y llama a crear un nuevo partido, como instrumento de lucha del pueblo trabajador, junto con un veracruzano igualmente combativo: Heberto Castillo. De esa manera se conformó el Partido Mexicano de los Trabajadores en 1974 y Vallejo fue electo secretario de organización.
Aunque años después se distanció de ese partido, y se integró al Partido Socialista Unificado de México (PSUM), pero no se desgastó en las disputas partidarias y siempre mantuvo altura de miras, desarrollando su compromiso con la izquierda y las causas democráticas, en especial con la lucha de los cooperativistas de Pascual, que se convirtió en ejemplo para los trabajadores.
En 1985, Demetrio Vallejo es electo diputado federal como un reconocimiento a su larga trayectoria. Lamentablemente, siendo aún legislador, fallece el 25 de diciembre de ese año. Ese día dejó de existir un gran oaxaqueño, cuyo legado de lucha y compromiso con los trabajadores mexicanos se agiganta a más de 100 años de su natalicio.
Compañeras y compañeros diputados:
Los años 60 fueron determinantes para historia de México. En esa década y durante toda su vida, Vallejo fue disidente y de izquierda, como fueron muchos otros luchadores y hombres que ayudaron a romper con el monopolio del poder y abrir cause a la pluralidad que hoy existe.
Por eso queremos que se le reconozca, por ser un símbolo de la larga lucha por la transformación democrática y pacífica de nuestro país.
Quienes convocamos a reconocer a Demetrio Vallejo lo hacemos con la finalidad de recuperar nuestra historia. Poner su nombre en los muros de este recinto legislativo no sólo es reconocer la lucha por la independencia sindical; es identificarnos con uno de los dirigentes populares más íntegros e importantes de la historia mexicana y expresará nuestro compromiso con el pueblo trabajador.
Pero sobretodo, compañeras y compañeros diputados, reivindicar a Vallejo es entender que las ideas de libertad, justicia y democracia nunca podrán ser derrotadas ni por la cárcel, ni por la represión.
Carol Antonio Altamirano