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MÉXICO, DF 27 de julio de 2014 (Quadratín).- México ocupa el primer lugar entre los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) en embarazo en adolescentes de entre 15 y 19 años de edad. Una pobre o nula educación sexual, servicios de planificación familiar no amigables, violencia sexual en aumento o situaciones menos trágicas como el olvido de usar un método anticonceptivo –de barrera o regular, como píldoras– derivan en una infinidad de embarazos no planeados con drásticas consecuencias para quien lo vive.
De acuerdo con un estudio de El Colegio de México, cada año ocurren en el país dos millones de embarazos no planeados en el grupo de mujeres en edad reproductiva, mientras que el 20 por ciento de las parejas que decidió iniciar una vida en común lo hizo a causa de un embarazo no esperado. Un evento de esta índole, “impacta, antes que nada, en la salud de las mujeres.
Un embarazo no planeado puede orillar a una mujer a solicitar una interrupción del embarazo en un contexto de ilegalidad o inseguro para su salud, lo cual incide también en la mortalidad materna”, advierte David Moncada, médico especialista en adolescentes e integrante de la organización Mexfam (Fundación Mexicana para la Planificación Familiar).
“Dependiendo de la edad de la mujer, sobre todo si es adolescente, tiene más posibilidades de amenaza de aborto, problemas de preeclampsia y eclampsia (problemas de presión alta en el embarazo), muerte materna y muerte perinatal”, añade.
En términos sociales, la consecuencia directa es un proyecto de vida truncado –interrumpir los estudios temporal o definitivamente, por ejemplo– y un cambio en la dinámica de vida. “Habrá mujeres que cuenten con una red de apoyo pero habrá muchas que no cuentan con ellas.
La gran mayoría son madres solteras”, afirma. Moncada distingue entre embarazo no planeado y no deseado: “No planeado es que no está contemplado en determinado momento de la vida pero en ocasiones al afrontar eventos no planeados llega una posibilidad de aceptación y ello tiene que ver en gran parte con las redes de apoyo y la capacidad resiliente de cada persona, así como con las expectativas de cada mujer en relación a la maternidad. Un embarazo no deseado, es el que no planeaste y no quieres”.
Para Mexfam, es fundamental contar con servicios de salud sexual y reproductiva amigables, y proporcionar información, orientación y métodos anticonceptivos innovadores a los adolescentes.
“Antes había muchas trabas debido a que para dar orientación y métodos anticonceptivos a adolescentes se requería la presencia de madre, padre o tutor. Evidentemente eso limita mucho el acceso a los servicios de salud sexual y reproductiva”, advierte el experto.
“Se trata de fomentar el ejercicio de prácticas sexuales seguras y protegidas, haciendo énfasis en la doble protección (de barrera, como los condones, y un método anticonceptivo de alta efectividad), así como en el goce y disfrute de la sexualidad independientemente de fines reproductivos”, subraya.
El proyecto de Norma Oficial Mexicana (NOM) para la atención a la salud del grupo etáreo de 10 a 19 años de edad, publicado el 15 de julio pasado en el Diario Oficial de la Federación, señala que “durante la consulta de atención integral en materia de salud sexual y reproductiva, con base en evidencia científica documentada, el personal de salud, deberá proporcionar orientación y consejería en métodos anticonceptivos, en la prevención del embarazo no planeado, así como en la prevención de las ITS, entre ellas, el VIH y el sida, de conformidad con lo establecido en las Normas Oficiales Mexicanas.
Tratándose de menores de edad, se dará al padre, la madre, el tutor o quien ejerza la patria potestad, la participación que les corresponda conforme a las disposiciones aplicables”, las cuales no quedan explícitas. En los años recientes, redes de colectivos defensores de los derechos de las mujeres han alertado sobre el fenómeno del embarazo adolescente y sus consecuencias.
De acuerdo con la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (Ensanut) 2012, una de cada dos adolescentes de 12 a 19 años que inicia su vida sexual se embaraza, dos de cada diez en ese mismo rango de edad lo ha hecho en más de una ocasión y el 40 por ciento son embarazos no deseados. Alessia Di Bari, sexóloga y terapeuta de pareja, destaca que lo ideal siempre será la prevención, “como las pastillas anticonceptivas o el condón”.
Sin embargo, “los accidentes ocurren: se rompe el condón, se me pasaron las copas y olvidé usar preservativo o se me fue tomarme la pastilla regular y perderá efecto; tristemente en nuestro país la violencia sexual es pan de cada día”, por lo que recomendó recurrir a la anticoncepción de emergencia.
La píldora del día siguiente, recordó, actualmente forma parte del cuadro básico de la Secretaría de Salud por lo que en cualquier centro adscrito a la dependencia “debería proporcionarse sin preguntar ni cuestionar nada”. Adelantó que en agosto próximo saldrá al mercado una nueva pastilla (ulipristal) cuya protección anticonceptiva abarca cinco días después de la relación sexual no protegida.
Por el momento, la píldora sólo estará disponible en farmacias. En días recientes colectivos y organizaciones defensoras de los derechos de las mujeres –agrupadas en la Red de Organizaciones Feministas de Seguimiento a El Cairo- han demandado a las secretarías de gobierno relacionadas con la salud sexual y reproductiva (Salud, Educación Pública y Desarrollo Social) la institucionalización de un Programa Nacional de Educación Integral en Sexualidad.