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¿Y quién va a hacer la nueva Constitución de Oaxaca?
Nuevo esquema de gobierno
OAXACA, Oax. 10 de mayo de 2015.- No nos cabe duda alguna, se vive en constante angustia, inseguridad, el hombre es esclavo de las necesidades impuestas por el comercio, se aprovechan las nuevas tecnologías para incrementar necesidades, ya casi nada nos satisface pues las necesidades son pronto sustituidas por las nuevas. Algo parecido nos pasa en la política, somos cada día más demandantes a los gobiernos de nuevas necesidades cuyas respuestas son cada día más imposibles de satisfacer.
Lo que es evidente es que cada día perdemos la esperanza de vernos favorecidos por alguna acción del gobierno, estos se declaran impotentes y en bancarrota para cumplir con las más simples demandas ciudadanas, a pesar de ello, las demandas ciudadanas siguen en incremento sin cesar. Perdemos por ello, día a día el amor por el gobierno, ni siquiera hay sabiduría para salir de nuestras demandas insatisfechas, gobierno y ciudadanía sólo tenemos el camino de soportar la situación. Los ciudadanos más audaces toman el camino de bastarse a sí mismos y ver los accidentes de la vida como algo incapaz de afectar sus virtudes.
Las solidaridades que nacen de las redes sociales alivian las orfandades del gobierno en materia de la seguridad, incluso de la propia vida. El gobierno es incapaz de encontrarle salida a los miles de muertes que nacen de la simple interrelación humana, asimismo es incapaz de detener el deterioro de nuestro planeta, producto de esa misma interrelación. El contacto humano, la interrelación de millones de personas entre sí, producen miles de materias para la acción del gobierno. Tan solo habría que poner el ejemplo del consumo del agua para darse cuenta de la enorme problemática que tiene que asumir el gobierno.
Todo lo anterior, nos conduce a la necesidad de plantear un nuevo diseño de gobierno acorde a las necesidades de los tiempos. Si el pensador francés Montesquieu fue capaz de plantear de la necesidad de la división de los poderes ante la etapa de la monarquía absoluta y de su transición hacia un gobierno liberal; o qué pensar del gran intelectual inglés Thomas Hobbes que justifica la necesidad del fortalecimiento del Estado ante la guerra civil que sufría el pueblo inglés; o por que no referirse al florentino Maquiavelo por sus grandes diseños para conservar principados o estados.
Ante nosotros tenemos una nueva realidad, por ello vale la pena citar en extenso la tesis de Wolin: “Los cambios en el capitalismo han debilitado la autoridad del Estado como el poder supremo en la sociedad. La globalización es el eufemismo para la expansión continua en el extranjero y la reducción de la política en casa, estrechando las puertas de entrada de modo que sólo la presión del dinero pueda tener acceso político.
A medida que continúa la privatización del poder público y disminuye la autoridad del Estado, sus fronteras se vuelven fácilmente franqueables a oleadas de mano de obra barata. Aunque el Estado continúa desempeñando un papel mucho más insignificante en una economía cada vez más globalizada, el poder que ostentan las empresas multinacionales ha hecho que su cooperación y aquiescencia sean indispensables.
La cooperación del poder empresarial es ahora un elemento vital de políticas nacionales, extranjeras y militares. La competencia y la rivalidad se presentan menos entre el Estado y las empresas y más entre empresas que rivalizan por tener influencia sobre el Estado o recibir subsidios. No es sólo que el Estado y la empresa se hayan convertido en socios; en el proceso, cada uno ha comenzado a imitar funciones históricamente identificadas con el otro.”(Wolin, Sheldon. Política y Perspectiva. Continuidad e innovación en el pensamiento político occidental. Edit. FCE México, 2012. P. 766).
Se puede resumir las tesis de Wolin de la siguiente manera:
a).- Se ha venido debilitando el Estado como orden político, jurídico, ideológico, económico y social en los últimos tiempos, por el fenómeno histórico de la globalización, en consecuencia, se está ante el proceso del arribo de un nuevo fenómeno que trae consigo un nuevo orden político, jurídico. Ideológico, económico y social, que le plantea al gobierno un replanteamiento a fondo de su naturaleza, alcances, objetivos y nuevas maneras de organización.
b).- La globalización no es más que la expansión e internalización del capitalismo en nuestro mundo, como lo único y absoluto, en donde toda relación social el dinero juega el papel principal, sin duda, ha generado resistencias cuya expresión es la legitimidad de lo local y particular. De las divisiones políticas, geográficas, económicas, podemos irnos despidiendo, quedando en la resistencia lo social, jurídico y cultural.
c).- La separación del Estado y la sociedad fue un hecho que permitió tanto el desarrollo del individuo como la democratización del poder público, sin embargo, la tendencia actual es hacer de lo público como instrumento de las grandes empresas transnacionales, por lo que el individuo pierde el rostro de independencia y el poder público es cada vez más autoritario a pesar de su poca potencialidad. El Estado ha ido perdiendo su naturaleza de velar por el interés común y la sociedad como el espacio de las libertades.
d).- La competencia política se presenta no entre soberanías sino entre empresas que se sirven de la política estatal, las guerras de hoy son descaradamente económicas y la diplomacia es del dinero.
Ante esta nueva realidad habría que plantear un nuevo esquema de gobierno que permita alcanzar altos niveles de las libertades y de eficaces mecanismos de seguridad para la población y para las personas. Los que piensan que ya es necesario un gobierno mundial sin pensar que ya lo tienen y es el gobierno imperial del gran capital. Todavía la existencia del Estado es una necesidad vital para después entrar a la construcción de un gobierno democrático mundial.
No se puede soslayar que el imperativo de los gobernantes debe ser el fortalecimiento del Estado como orden político, jurídico, económico y social. Está demostrado, los Estados fuertes imponen sus designios, los débiles le son impuestos su destino. El debilitamiento del Estado es un suicidio para las naciones, son presa fácil de las empresas transnacionales.
Una manera de fortalecer al Estado es pasar como centro de la formulación de las políticas y de gobierno hacia los parlamentos o congresos. Congresos que deberán estar integrados por todas las representaciones de la sociedad: trabajadores, empresarios, mujeres, indígenas, jóvenes, ancianos, desvalidos, campesinos, intelectuales, etc.
El Ejecutivo será solamente una institución administrativa, profesional, idónea para resolver problemas, permanente, de carrera, bien remunerada, eficiente en su desempeño. La política lo haría el Congreso, la administración el Ejecutivo. El Presidente será un profesional de la gestión pública evaluado por el Congreso, removido en su caso y nombrado por períodos de tiempo suficientes para alcanzar los objetivos, así evitaremos lo básico de la existencia humana: el hambre, la sed y el frío.