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MÉXICO, DF. 20 de junio de 2014 (Quadratín).- A seis años de la tragedia ocurrida en la discoteca New’s Divine, que derivó en la muerte de nueve jóvenes y tres servidores públicos, el mediodía de este viernes se colocaron las primeras piedras de lo que será el Memorial New’s Divine Nunca Más -con un costo de 12 millones de pesos y que beneficiará a 300 mil personas en el entorno- cuyo propósito es «redignficar la memoria de las víctimas y evitar que un suceso similar vuelva a ocurrir».
En una ceremonia en la que participaron los padres de las víctimas, miembros de organizaciones sociales, la titular de la Comisión de Derechos Humanos del DF, Perla Gómez Gallardo, y el subsecretario de Gobierno del GDF, Juan José García Ochoa, los oradores coincidieron en que lo sucedido el 20 de junio de 2008 evidenció la falta de coordinación de los cuerpos de seguridad y la carencia de políticas públicas dirigidas a la juventud.
El 20 de junio de 2008 un operativo fallido en la discoteca New’s Divine, en la colonia Nueva Atzacoalco, donde se presumía la venta de drogas y alcohol a menores acabó con la vida de nueve jóvenes que murieron asfixiados y de tres policías que participaron en dicha operación debido al sobrecupo al interior del local y a la orden de las autoridades de bloquear la puerta.
En entrevista con Quadratín México, padres de los jóvenes que fallecieron esa tarde -varios de ellos menores de edad- señalaron que no ha habido justicia para sus hijos pues los responsables siguen libres: «Los altos mandos fueron exonerados desde un principio y hasta que estén tras las rejas podré decir que existe justicia en este país», apuntó Hilda Barragán, madre de Isis Gabriela Tapia Barragán, de 16 años de edad.
Entre los funcionarios que los familiares acusan como responsables están el ex Jefe de Gobierno, Marcelo Ebrard, y el secretario de seguridad pública del DF, Joel Ortega, así como a Francisco Chiguil -entonces delegado en la demarcación- y Lizbeth Eugenia Rosas, quien fungía como directora ejecutiva de seguridad pública.
En su intervención, la titular de la CDHDF afirmó que el memorial será un espacio de dignificación que atenderá a los jóvenes.
Afirmó que lo sucedido hace seis años fue un evento particularmente significativo para la ciudad de México porque puso en evidencia las graves y múltiples violaciones a los derechos humanos cometidas por los cuerpos de seguridad así como la ausencia de acciones coordinadas para solventar las problemáticas de la juventud.
En su turno, Leticia Morales, familiar de uno de los jóvenes, señaló como culpable a Marcelo Ebrard y acusó que desde este año los familiares, que acuden a mesas de trabajo a la CDHDF, se han sentido abandonados por ese organismo, por lo que pidió a su titular que «trabajen fuerte» porque «nosotros perdimos un hijo y no nos vamos a rendir», además de manifestar su desacuerdo por la reducción de las sentencias de los implicados en los sucesos.
El subsecretario de Gobierno del DF, Juan José García Ochoa, apuntó que corresponde «decir abiertamente que hubo un operativo fallido, que se tiene que reivindicar a las víctimas» y aseguró que se incorporará a la mesa de trabajo con los familiares la revisión de los procesos judiciales ante la citada reducción de las sentencias.
Los jóvenes que fallecieron hace seis años son Erika Jannette Rocha Maruri, de 13 años; Alejandro Piedras Esquivias, de 14 años; Daniel Alan Ascorve Domínguez, de 15 años; Isis Gabriela Tapia Barragán, de 16 años; Rafael Morales Bravo, de 18 años; Mario Quiroz Rodríguez, de 18 años; Mario Alberto Ramos Muñoz, de 22 años; Leonardo Amador Rivas, de 24 años, y Heredy Pérez Sánchez, de 29 años.