Fallece menor apuñalado en San Antonio de la Cal
MORELIA, Mich., 8 de febrero de 2015.- Sin duda existen profesiones que marcan la vida de un ser humano, el ser técnico auxiliar en un anfiteatro forense lo hace radicalmente, no saben el día en que verán llegar muerto a un familiar o amigo…van por la calle preguntándose quién será el siguiente.
Para Víctor Manuel Mercado Arroyo, el trabajar con cadáveres para descifrar la causa de muerte es un arte y una herencia genética ya que otros miembros de su familia también han trabajado en el Servicio Médico Forense de la Procuraduría General de Justicia de Michoacán.
Resaltó que la prioridad de su labor es tratar de ayudar a esclarecer los hechos en que fallecieron las personas. “Es ayudar a los buenos a encontrar a los delincuentes y meterlos en donde tienen que estar” infiere.
Se dijo un apasionado de la ciencia forense la que calificó de interesante.
Señaló que para ejercer su profesión debió de romper con muchos tabús, ya que en un inicio se piensa que se hace un daño al profanar su humanidad para el estudio, pero finalmente lo que hacen es buscar la verdad de una manera científica.
A pesar de que su trabajo consiste en abrir cavidades humanas, manejar órganos vitales y demás, consideró que es un trabajo gratificante y –hasta cierto punto—bonito ya que con su labor ayudan a esclarecer una muerte, pero con todo el mayor respeto que se pueda desarrollar una profesión al momento de “trabajar los cuerpos”, dijo el entrevistado.
Mencionó que al momento de que un cuerpo ingresa al Semefo, ninguno es victimario, cualesquiera que sean las causas y condiciones que propiciaron su muerte, el equipo forense del anfiteatro se dedica sólo a esclarecer la causa del deceso.
Como la mayoría de los trabajadores al servicio de la seguridad y la justicia, Víctor ha tenido que sacrificar en muchas ocasiones el plano familiar por su trabajo, pero resalta que “es un trabajo que alguien tiene que hacer, alguien se tiene que ensuciar las manos para servirle a la sociedad, aunque es difícil salir a la calle y ver a las personas normal, caminando y te pones a pensar ¿ahora quien sigue?”, concluyó.