Revelan a 48 aspirantes para presidir la CNDH; incluyen a Piedra Ibarra
CIUDAD HIDALGO, Mich. 4 de febrero de 2015.- El inicio del mes de la Cruzada Nacional contra el Hambre fue un baño de pueblo para el presidente Enrique Peña Nieto.
Entusiasmado por el recibimiento de casi 7 mil personas congregadas en la unidad deportiva, el presidente Peña caminó entre mujeres que han sido beneficiarias de programas sociales.
!Peña! !Peña! !Peña! Gritaban eufóricas las mujeres que en sus comunidades dan vida a uno de los programas sociales que ha sido clave para el Presidente.
Querían abrazarlo, tocarlo, arroparlo. El griterío de las mujeres acompañaba su trayecto y aunque los elementos del Estado Mayor Presidencial detenían con sus brazos el avance de las mujeres, el Presidente se dejaba querer.
Esas mujeres, en su mayoría, son las que dan de comer a niños menores de 11 años, a adultos mayores y logran embarazos más sanos a través de la alimentación, explicó una mujer de San Pedro Jacuaro.
Enrique Peña habló en su discurso de lo fundamental que resulta reconocer el hambre, la pobreza, como primer paso para atenderlas en participación con la comunidad.
Rosario Robles Berlanga, secretaria de Desarrollo Social, informó al presidente que coadyuvando con la política de transparencia, esta instancia elaboró un padrón en el que se detallan los nombres de los beneficiarios por cada comunidad.
Todos estos programas están debidamente transparentados y cumplen con el compromiso permanente del gobierno para actuar con eficacia y transparencia, explicó la Secretaria.
La Cruzada Nacional contra el Hambre tiene 63 mil comités instalados y 8 mil brigadistas en el país.
El Presidente explicó que su gobierno, respetuoso del marco legal y de los tiempos electorales, adelantó en febrero el mes de la Cruzada, para cumplir con la veda electoral.
Adelantó la Cruzada y se sintió como cuando estaba en campaña.
!Besooooo! Gritó una mujer cuando estaban en la entrega de apoyos y el Presidente, sonrojado, pero con una amplia sonrisa, accedió a la petición dando un beso en la mejilla a la beneficiaria, lo que provocó el grito de las asistentes.
El Presidente repartió besos y sonrisas, además de otros apoyos entre los que están tarjetas de alimentación, llaves de nuevas viviendas y otros más que han contribuido a mejorar el nivel de vida de este estado.
El ambiente era de fiesta, sin discursos desangelados y con el reconocimiento para todos los que han contribuido a la campaña, como el director nacional de Liconsa, Héctor Pablo Ramírez Leyva y Gerónimo Color, el delegado estatal.
El Presidente llegó puntual, pero el acto protocolario inició unos 15 minutos después, el tiempo que dedicó Enrique Peña a darse su baño de pueblo.