Quiénes somos | Cipriano Miraflores
Oaxaca, Oax. 21 de abril de 2013 (Quadratín).- En la misma semana con solo un par de días de diferencia en un mes de abril, dejaron el reino de este mundo, dos grandes hombres, cuyas trayectorias fueron de gran trascendencia para los pueblos del mundo: Mario Moreno Cantinflas el gran comediante de México y César Chávez, el legendario líder sindical y agrario. Como a la comunidad latina en general, estas dos ausencias irreparables nos llenan de pesadumbre.
Todo México, toda América latina llora a Cantinflas, el genio de la comedia que con sus malabares verbales y sus gestos, supo expresar la gracia la bondad y el inmenso corazón de los millones de hombres y mujeres que sufren un destino de pobreza, pero que forman la sal de esta tierra de lagrimas, poesía y que es Latinoamérica.
Creo el gran comediante un arte complejo, hecho sin embargo de los elementos más simples, inventó literalmente un tipo de discurso que con deliberada falta de sentido satiriza, el solemne vacío discurso oficial de las sociedades latinoamericanas. Y al hacer eso representó el sentir de las clases explotadas y marginadas, millones de personas de todos los niveles sociales en este México querido y más que lindo, desfilaron ante el féretro que contenía los restos mortales de Mario Moreno, expresaron así su dolor de las multitudes que en los restantes países del continente gozaron con sus comedias y se identificaron con su lenguaje y su bondad e ingenua filosofía. Nos deja sin embargo el gran hombre la herencia invaluable de su arte y el recuerdo de su valiosa presencia humana.
César Chávez, el gran líder campesino estadounidense de origen mexicano, nos abandono silenciosamente en San Luis Arizona, escribió Chávez con hechos de su vida uno de los capítulos más apasionantes en la historia sindical, de los movimientos sociales de este país. La suya que fue voz única, que con incólume firmeza habló en defensa de los trabajadores agrícolas de Estados Unidos de Norteamérica, especialmente de los de origen mexicanos, uno de los sectores más explotados y desprotegidos de la esta sociedad. En su lucha por la sindicalización campesina y los contratos colectivos de trabajo; César Chávez, utilizó indistintamente la huelga y el boicoteo. Históricas dentro del movimiento laboral latino, fueron las huelgas de los sesenta, que culminaron con la creación y reconocimiento de la UFW de la parte patronal y la firma de un contrato colectivo de trabajo.
César Chávez, se convirtió en la figura más vigorosa de la lucha del conjunto de los latinos por lograr la justicia social en los Estados Unidos de Norteamérica, y su ejemplo fue motivo de inspiración pero sobre todo la unidad, para todo el movimiento chicano de la época. No pudo impedir Chávez durante sus últimos años la decadencia del movimiento sindical campesino. Fue esto en gran parte consecuencia del hostigamiento constante de las administraciones Reagan-Bush, contra el sindicalismo.
Hubo tambien errores de directivos del movimiento campesino, a algunos de los cuales no fue ajeno el propio Chávez. Su muerte deja un inmenso vacío que será difícil de llenar. Su ejemplo y memoria deben servir para revitalizar la lucha en defensa de los trabajadores agrícolas.
Mario Moreno Cantinflas y César Chávez, fueron grandes hombres y hombres de paz, que escribieron brillantes páginas en la historia universal contemporánea, el uno en el medio masivo de comunicación y el otro en el campo más rudo del trabajo y la práctica. Sea esto un homenaje para estos grandes hombres del mundo, y nos sirvan de ejemplo, a esos sacrificios, con el humor de Cantinflas y la decisión de Chávez.
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