Día 22. Palacio perdió dominio de la agenda de la crisis
OAXACA, Oax. 30 de abril de 2016.- Escribo estas líneas horas antes del primer “debate” oficial entre 7 candidatos a la gubernatura.
Por el rígido formato impuesto por el INE-IEEPCO, los temas a desarrollar y los tiempos asignados para cada intervención (sin derecho de réplica) es muy probable que este primer ejercicio de “democracia deliberativa” termine en una aburrida comparecencia en donde cada candidato deberá resumir sus propuestas de gobierno y, eventualmente, criticar las omisiones del gobierno en turno.
No obstante es probable que alguno de los candidatos se salga del script y opte por darle continuidad a lo que ya en las redes sociales y algunos medios de información locales y nacionales es tema recurrente para opinar o descalificar: los bienes inmuebles y millonarias cuentas bancarias que han amasado los principales contendientes por la gubernatura y sus complicidades con emisarios del pasado y del presente, tanto a nivel federal como estatal.
Como ya ha ocurrido en otras contiendas electorales, ahora los equipos de campaña del PRI, PRD-PAN y PT buscarán vender su propia versión sobre el desarrollo y resultados del “debate” proclamando ser los vencedores, aún cuando los radioescuchas o televidentes hubiesen sacado otro tipo de conclusiones.
En este post-debate Pepe Toño dirá que ganó de calle, pero lo mismo hará Benjamín Robles y Alejandro Murat. Nadie admitirá ser el perdedor porque a final de cuentas estos ejercicios, a fuerza de estar excesivamente reglamentados, no permiten un real ejercicio deliberativo como para evaluar las capacidades intelectuales y políticas de cada candidato y su nivel de compromiso y conocimiento de los problemas que ha padecido y sigue padeciendo Oaxaca y los oaxaqueños.
Es muy claro que tanto Alejandro Murat como José Antonio Estefan Garfias son los candidatos con más negativos, pero, paradójicamente, son quienes ya se perfilan como los más competitivos: pesan, por supuesto, sus estructuras partidarias, pero sobre todo los millonarios recursos que para ambos candidatos fluyen de diversas fuentes de financiamiento, tanto públicos como privados.
En cambio, Benjamín Robles es el candidato a gobernador con menos negativos, sigue siendo el mejor evaluado como candidato opositor y el que goza de más simpatías entre amplios sectores sociales, pero opera en su contra la endeble estructura electoral del PT, su baja capacidad de financiamiento y el estar luchando a contracorriente de una doble elección de Estado.
Bajo este contexto el debate no tendría mayor impacto en el voto duro del PRI ni tampoco en las clientelas del PRD y PAN, pero sí podría resultar benéfico para Benjamín Robles en tanto su discurso contestatario y contundente en contra de la corrupción (con mucha dedicatoria al gobernador Gabino Cué y su candidato) pudiera convencer a los electores indecisos y antipriístas a votar por una opción diferente al continuismo o a la segunda alternancia bajo las siglas del PRI.
Twitter: @IsidoroYescas