![](https://oaxaca.quadratin.com.mx/www/wp-content/uploads/2024/11/prensa-entrevista-107x70.jpg)
Periodismo bajo asedio
OAXACA, Oax. 14 de agosto de 2014 (Quadratín).- La riqueza de nuestra lengua ha permitido las múltiples versiones e interpretaciones de esta frase. Tergiversada, como ha sido a lo largo de los siglos, se difunde con su versión anticlerical como: “con la Iglesia hemos topado, Sancho” y se vuelve respaldo, desde la óptica culta de la crítica a los privilegios y el inmenso poder que acumula la milenaria institución, que ha sido tanto respaldo espiritual como negocio. Hoy se ha renovado la polémica sobre el tema de la relación entre la Iglesia y el Estado, porque la miscelánea fiscal de 2014 establece que a partir de septiembre, las asociaciones religiosas deberán realizar una declaración informativa ante el SAT por vía electrónica. Así como extender comprobantes fiscales de sus ingresos, a quienes realicen aportaciones.
Los más diversos sectores se han expresado a favor y en contra de que la Iglesia pague impuestos y el debate se ha enredado a tal grado que en algunos ámbitos se presenta como una reedición de la Guerra Cristera y ya hay quienes hablan de que si no se subieron a la Sierra con el EZLN, los pueblos orientados por el credo, ahora si tomarán las armas para combatir la Reforma Fiscal impulsada por los diputados federales. No falta el espontáneo que proponga una excomunión para quien resulte responsable. Una señora en el mercado me interceptó y me dijo, “desgraciados comunistas, como pueden hacerle esto al pueblo, aparte de todo lo que se roban los políticos, todavía encarecen los santísimos sacramentos, porque los que vamos a pagar los impuestos somos los pobres, que necesitamos los servicios religiosos para una boda, un bautizo hasta para un funeral, que criminales hijos del infierno, los que deberían de pagar impuestos son esos diputados con tantísimo que ganan“.
Hugo Valdemar, vocero de la arquidiócesis de México, echa más leña al fuego diciendo que: se manifiesta en contra ya que las asociaciones religiosas tienen una naturaleza distinta a las empresas y califica como “insensible” la disposición. En tanto el Secretario del Episcopado declara la inviabilidad técnica y geográfica de la norma y adelanta su incumplimiento.
Antes de que la sangre llegue el río, hay que poner las cosas en su clara dimensión. Para aquellos que temen un incremento de precios en los servicios religiosos por cargas impositivas, quiero tranquilizarlos. Para los que piensan que “ahora sí, pagarán impuestos y un porcentaje de la inmensa fortuna que se agencia la Iglesia en el país, ingresará a las arcas públicas, en lugar de que la parte del león se vaya directo al Vaticano” siento desalentarlos. No se agrega un solo impuesto a las asociaciones religiosas por los servicios espirituales y por tanto no hay una razón fiscal para que estos aumenten su costo. Sólo se les pide que declaren por vía electrónica y extiendan comprobantes de lo que les ingresa en realidad.
Entonces ¿porque es la protesta si al final se tratara de un asunto técnico? El punto es que los ingresos reales de la Iglesia no pueden determinarse, y sí desde 1992, debe pagar impuestos por conceptos no espirituales sino por negocios relacionados con los mismos, cuando estos excedan del 5 por ciento de los ingresos totales. Sobre estos ingresos por venta de libros, imágenes, estampas, material de culto, velas, veladoras, y otros bienes distintos de su activo fijo, intereses y premios sí tienen que pagar ISR e IVA. Estos últimos deben calcularse del excedente, una vez que rebasen el porcentaje indicado.
Es decir lo que se niegan a informar los jerarcas de la Iglesia es cuanto ingresa a sus arcas por los diversos conceptos de sus actividades y negocios, para que se dificulte el cálculo de los impuestos que deben pagar. O sea que debiendo pagar impuestos desde que en 1994 recibieron el registro como Asociaciones Religiosas, prefieren la opacidad que les permite evadir impuestos ya obligatorios desde entonces. Al estar obligados a extender facturas y declarar por vía electrónica, están sujetos automáticamente al cálculo de su excedente y deberán pagar los impuestos que procedan.
Simplemente los Legionarios de Cristo, una asociación religiosa, desprestigiada si las hay, según la revista Emeequis recibe un volumen de dos mil trecientos millones de pesos anuales, de los cuales una parte es por servicios religiosos, exentos de impuestos, pero no es posible, con la forma de declararlo actualmente, calcular a ciencia cierta, cuánto significa el excedente por el que debiera pagar impuestos, del cual el 43 por ciento según la misma fuente se relaciona con donativos en efectivo de individuos y empresas, el 26 por ciento proviene de cuotas e ingresos de los proyectos de la orden , el 17 por ciento de programas de cooperación con instituciones oficiales y el 6 por ciento de donativos en especie. Esto es lo que está detrás de la resistencia del alto clero mexicano a trasparentar sus ingresos y esto es lo que desactiva la Reforma Fiscal cuando desaparece este régimen especial.
Los ingresos que provengan de esta regularización, junto a la desaparición del régimen d consolidación que permitía a grandes empresas evadir impuestos al declarar en quiebra un negocio para abrir otro con los mismos activos y la tasa progresiva del Impuesto sobre la renta, a partir de los que reciban más de tres cuartos de millón de pesos anuales de ingresos, lo cual sustituyó en el paquete a la pretendida aplicación del IVA en alimentos y medicinas, que se logró eliminar, son parte de las bondades de la Reforma Fiscal que en medio de una fuerte resistencia de la derecha empresarial, aprobó el Congreso de la Unión en 2013.
Así que, parafraseando a Cervantes, si con la iglesia hemos dado, la iglesia debe dar “al César lo que es del César”.
Eloí Vásquez López es integrante de la Comisión Política Nacional del PRD. Dirigente de izquierda en Oaxaca ha sido diputado federal y local