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MÉXICO, DF. 20 de octubre de 2013 (Quadratín).- Las embajadas de México en el mundo son para establecer y fortalecer las relaciones diplomáticas de nuestro país con otras naciones, para cuidar y mejorar la imagen nacional, ya no deben funcionar como agencia de colocaciones para políticos en retiro, asentó el senador del PRD Benjamín Robles Montoya.
“Las Embajadas no son vacantes de empleo para políticos en retiro ni para personajes que en el país no cuenten con otras ofertas de trabajo. El país requiere dar un paso adelante en la política exterior en el aspecto de los nombramientos de sus representantes en las embajadas, pero sobre todo en la gran definición del papel estratégico a nivel mundial de México en los aspectos económico, político, social y cultural”, expresó el político oaxaqueño.
En la semana que termina, el Ejecutivo Federal envió al Senado de la República el nombramiento de 6 nuevos embajadores de México en diversos países, entre ellos, España, Argentina y el Reino Unido.
Sobre el tema, Robles Montoya precisó: “Además del profundo análisis que estoy seguro efectuará la comisión respectiva, debemos insistir en que exista no sólo perfil, sino también proyecto e ideas muy claras de lo que debe hacerse en las misiones diplomáticas a desarrollar, pero sobretodo que se garantice que los nuevos embajadores serán verdaderos mensajeros del valor de México en el plano internacional”.
Para el legislador, el hecho de que México se encuentre entre los 11 países con mayor densidad mundial, participemos de las primeras 15 economías del planeta y contemos con reservas naturales y culturales de referencia, exige a actuar con cuidado, responsabilidad y sentido estratégico a quienes toman las determinaciones de nombrar y ratificar a los agentes diplomáticos.
Además destacó que México es uno de los primeros 15 aportantes más significativos para el presupuesto de instituciones multilaterales como la Organización de las Naciones Unidas.
Benjamín Robles (@BenjaminRoblesM) concluyó que precisamente por esas condiciones, “en política exterior no debe existir lugar a improvisaciones, un Embajador debe llegar con la idea muy clara de qué es lo que el país espera de él como resultado de la misión encomendada”.