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OAXACA, Oax. 5 de mayo de 2015.-Después de sufrir un infarto o de haberse detectado alguna enfermedad cardiaca los hábitos alimenticios deben modificarse de por vida.
En un comunicado, el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en Oaxaca informó que debe evitarse el consumo de grasas saturadas, comer sólo una vez a la semana carne roja y huevo, dar preferencia a la de pollo y pescado; incrementar el consumo de verduras verdes, de frutas, y el de agua, a razón de dos litros diarios, cocinar con aceite de origen vegetal.
De acuerdo con la coordinadora delegacional de Nutrición, Rocío Espinosa Castro, estos cambios en la alimentación los debe asumir toda la familia, no sólo como medida preventiva sino para apoyar al paciente en el cambio de su alimentación.
Junto con ello, dijo la especialista en nutrición, para controlar mejor el estrés, es necesario hacer algún deporte o ejercicio, mínimo caminar 30 minutos diarios, siempre bajo prescripción si se sufrió un infarto.
Comentó que todo tipo de obesidad o sobrepeso es un riesgo para la salud. Sin embargo, tratándose del corazón, la más peligrosa es la de tipo androide, que se conoce popularmente como “pancita o curvita de la felicidad”, porque la grasa se acumula en el centro del abdomen.
Por ello, expresó que es importante evitar los ayunos prolongados (no rebasar las seis horas sin consumir alimentos), pues esto provoca que el cuerpo secrete o produzca grasas saturadas y colesterol malo, como mecanismo para contrarrestar la falta de comida.
Al comer hay que procurar iniciar con ensalada de vegetales de preferencia los de hoja verde, por contener ácido fólico, ayudan a disminuir el riesgo de infarto, ya que esta sustancia estabiliza y refuerza el músculo del corazón, y evita la formación de trombos. Deben mezclarse tres vegetales, pero uno de ellos debe ser verde: espinacas, quintoniles o berros, por ejemplo.
Explicó que es importante consumir entre uno y dos litros de agua, durante el día, y no ingerirla rápidamente porque esto hace ir al baño más veces y al orinar más se elimina potasio, lo cual causa calambres, sensación de pies pesados y fatiga.
Espinosa Castro advirtió que el paciente cardiópata debe consumir de preferencia los cereales integrales, de los cuales el más recomendable es la avena, por su alto contenido de betaglucano, que ayuda a eliminar el colesterol malo, además de que este alimento no engorda puesto que dos cucharadas de avena en hojuela equivalen a una tortilla o una rebanada de pan.
En ese sentido, la nutrióloga del IMSS precisó que deben restringirse los mariscos y crustáceos, ya que el metabolismo del ser humano los transforma en colesterol. Es necesario reducir al máximo los alimentos salados, como los embutidos o comidas instantáneas, que son ricas en sodio y grasas.
La alimentación debe contener los siete grupos esenciales para que sea balanceada, pero en porciones pequeñas: leche descremada, carne magra (sin grasa), frutas, vegetales (de preferencia de hojas verdes) y leguminosas, cereales (integrales) y lípidos (aceites vegetales). En lo posible los azúcares refinados, la miel y todos los postres deben eliminarse o reducirse muchas calorías.