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OAXACA, Oax. 10 de mayo de 2014 (Quadratín).- En Oaxaca la epidemia del Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH)-Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida (Sida) tiene paulatinamente rostro femenino y principalmente de amas de casa; ambos casos aumentan de manera alarmante, informó el Consejo Estatal de Prevención y Control del Sida (Coesida).
De acuerdo con reportes del organismo gubernamental, dados a conocer en el marco del Día de la Madre, de 1986 –fecha en que se conoció por primera vez la epidemia– al 12 de abril de este año, se tienen contabilizados cinco mil 889 casos de Sida, de los cuales tres mil 224 son defunciones.
Actualmente viven con la enfermedad dos mil 665 personas, de las que dos 570 son adultos y 95 son menores de 15 años; en el estado la epidemia se concentra en el grupo heterosexual pues esta categoría representa el 49.2 por ciento del total de los casos; por género, el más afectado es el sexo masculino pues contribuye con el 78.3 por ciento el total de los casos; por grupo de edad, el 78.3 por ciento corresponde al de 15 a 44 años de edad.
Tan sólo durante el 2013 se tienen registrados de manera preliminar 254 nuevos casos de sida, de los cuales 39 corresponden a amas de casa.
En este año se tienen contabilizados 45 nuevos casos y las jurisdicciones sanitarias donde más se han presentado son 14 en Tuxtepec, 13 en Valles y 12 en Costa.
De periodo de 1986 al 2013, se tienen registrados 824 casos de amas de casa con la enfermedad, sólo superado por 981 de trabajadores directos en procesos de producción agropecuarios.
De acuerdo con el Coesida, el incremento de casos en el segmento femenil se debe a que la mujer es más vulnerable a la infección de VIH por sus características fisiológicas o biológicas.
Asimismo, el semen contiene más VIH que los fluidos vaginales; el semen permanece más tiempo en la vagina y el tracto rectal que las secreciones vaginales del pene; las adolescentes, y las adultas en etapa postmenopáusica, tiene la mucosa vaginal más permeable al VIH.
También, los desgarres y sangramientos durante la relación sexual multiplican los riesgos de la infección por VIH; las Infecciones de Transmisión Sexual (ITS), muchas veces sin síntomas en la mujer, facilitan la transmisión del VIH.
Por otra parte están los factores culturales o sociales, como son que las mujeres han sido educadas para una sexualidad en función del goce masculino y, por tanto, muchas veces les da vergüenza exigir una relación sexual con responsabilidad, pues tienen miedo a ser consideradas como una mujer sin moral. No exigen ni proponen el uso del condón.
También, la concepción de que la mujer debe entregarse a un hombre que la “cuide y la represente”, y por tanto, las decisiones masculinas no son cuestionadas y la salud sexual se confía al hombre.
Igualmente, el rechazo del hombre al condón, más frecuente en la “relación sexual estable”; la poca comunicación con la pareja sobre su propia sexualidad; confían que su pareja por ser “estable” es siempre fiel, y los mitos y prejuicios sobre la sexualidad que las sitúan en posición de subordinación, (obediencia), en las relaciones sexuales.
El organismo exhortó a seguir privilegiando el uso de preservativos en las relaciones sexuales, con el fin de evitar transmisiones.