Padre Marcelo Pérez: sacerdote indígena, luchador y defensor del pueblo
Indicador Político
CIUDAD DE MÉXICO, 24 de febrero de 2016.- Entre justificaciones, llamados a la cordura y manejo de expectativas, en realidad el recorte de gasto por la caída de los precios petroleros y el sobrecalentamiento del tipo de cambio representan los signos inequívocos de una crisis económica que va a repercutir en el punto más sensible de la economía: el PIB.
Los datos del comportamiento de la economía nacional hablan cuando menos de tres datos duros:
1.- Los recortes presupuestales apenas han comenzado; en círculos del gabinete económico están suponiendo otro hacia mediados de año. Además del recorte, habrá retrasos en pagos a proveedores.
2.- Hasta ahora, el impacto negativo del recorte en las metas oficiales de crecimiento económico de 2-3%-3.6% bajará a un promedio de 1%, si no es que menos. Y la inestabilidad se extenderá a 2017.
3.- Dos efectos graves tendrá el recorte: en la relación del gobierno con sindicatos del sector energético y un freno en contratos en proyectos de exploración y producción de petróleo por falta de fondos. En este segundo punto las reformas estructurales en el sector energético se van a posponer.
Lo que comienza a analizarse en sectores políticos es la imprevisión gubernamental. El congreso aprobó la política económica para 2016 apenas en diciembre con un precio de barril de petróleo de 50 dólares y un tipo de cambio de 15.50 pesos por dólar y al comenzar febrero el escenario se cayó. El papel del congreso como contrapeso en la definición de la estrategia económica quedó de nueva cuenta exhibido en su incompetencia e incapacidad.
El problema de fondo radica en el hecho de que el presupuesto público sigue siendo el principal detonador del crecimiento económico, mientras el sector privado nacional y buena parte del extranjero carecen de capacidad financiera para estimular la actividad productiva. Sólo que las reformas económicas de 1976 a 2015 han fracasado: los acuerdos estabilizadores con el Fondo Monetario Internacional, las reformas estructurales del Banco Mundial, el Consenso de Washington para la globalización, el tratado de comercio libre con los EE.UU. y Canadá, y las reformas estructurales del Pacto Por México.
Los factores de crisis, en descargo, no se localizan en las exigencias externas e internas sino en la ausencia de una estrategia de diseño y conducción interna de la política económica. El equipo responsable de tomar las decisiones opera al margen de la realidad, para decir lo menos.
Lo grave del asunto es que la economía mexicana ha regresado a la dinámica de la crisis del ciclo 1973-1995 por vulnerabilidades internas; la crisis del 2008 fue importada y no afectó inflación ni tipo de cambio y sólo le pegó al PIB que en 2009 fue de -4.5%; ahora el petróleo, el tipo de cambio, la inflación y el PIB en condiciones de colapso presentan un coctel de inestabilidad de mediano plazo.
La política económica ha carecido de memoria. A pesar de la ineficacia del recetario ortodoxo, los responsable de tomar las decisiones no se salen del script estabilizador. El modelo de desarrollo mexicano basado en el tipo de cambio explotó en 1976 y algunos funcionarios siguen queriendo hacerlo funcionar hasta la fecha con algunos de sus pedacitos, a veces con el regreso al estatismo y a veces profundizando en neoliberalismo.
El tobogán de la crisis apenas ha comenzado a descender por la pendiente de la crisis y sus efectos desestabilizadores pueden durar más de cinco años.
Política para dummies: La política es el arte de llegarle a la gente a través de las pasiones, no de la inteligencia.
Sólo para sus ojos:
Sinaloa se enreda. El líder del PRI, Manlio Fabio Beltrones, le dijo al gobernador Malova que la candidatura de Quirino Ordaz fue una orden de Los Pinos. Por eso es que el candidato Quiri-NO anda sin rumbo, sin equipo y sin apoyo priísta.
Los recortes vienen fuertes: 100 mil millones a Pemex. Y en cuanto a dependencias hay cifras: 12.2 mil millones a la Secretaría de Comunicaciones, 4 mil millones a Semarnat, 3 mil 600 a la SEP. Y a dos sectores sociales: mil millones de recortes a pueblos indígenas y 900 millones a Conacyt. Así que la crisis es seria.
Se cierran las pinzas alrededor del gobernador veracruzano Javier Duarte. Pero en el medio político se tiene claro que cada quien es arquitecto de su propio destino.
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@carlosramirezh