Historia y literatura dan vida a La dulce tinta de Al-Jawater
OAXACA, Oax. 19 de julio de 2015.- La censura que proviene de las instancias gubernamentales, y la provocada por la inseguridad y la violencia, son “terribles condiciones” en la que se ejerce el periodismo en México, sostuvo Juan Carlos García Rodríguez.
Señaló que durante toda la historia, el periodista ha vivido y ejercido la escritura bajo la vigilancia del poder, y de diversas formas, los gobiernos han querido y han oprimido la libre expresión, no obstante, en los últimos años, las estrategias de control informativo se han vuelto más finas.
En apenas cinco años, han sido asesinados en Veracruz 13 periodistas, y esta “terrible situación” va acompañada de la censura, dijo.
Editor, formador, diseñador de diversas revistas y libros, y desde 2004 subdirector de redacción del diario AZ, García Rodríguez presentó la tarde- noche de este sábado 18 de julio, su libro Manual de Edición de Periódicos, en las oficinas de la Asociación de Periodistas de Oaxaca, A.C. (APO), invitado por la dirigencia de esta agrupación que presiden Juan López Bohórquez, Wilfrido López Torres y Carlos Castellanos Alcázar.
Resaltó que ahora se prefiere la coptación del periodista, el amiguismo, las dádivas que se convierten en compromiso. “Si no funciona, entonces se recurre al chantaje patronal, pues finalmente los periodistas son empleados de una empresa”.
Socios de la APO, reporteros de diversos medios de comunicación, así como el Oficial Mayor y la directora de Comunicación Social del Congreso del Estado, Juan Enrique Lira Vásquez, y Mónica Gisela Ramírez Hurtado, respectivamente, asistieron de la presentación del libro en la Casa del Periodista, ubicada en la calle de González Ortega número 603.
García Rodríguez, es un oaxaqueño que estudió Licenciatura en Letras Españolas en la Universidad Veracruzana, y ha dirigido y actuado en diversas obras, además haber ganado varios concursos literarios en la categoría de cuento.
De 1992 a 1996 formó parte del grupo de teatro “Javi ñu n’dabi”, que ganó una beca en la UNESCO, y es miembro del Consejo de Redacción del periódico cultural Perfomance.
El autor del libro que recorre puntualmente los circuitos del proceso periodístico, consideró que “resulta innegable, que a dos años de distancia, el retorno del PRI a la presidencia de la República resultó una regresión para la libertad periodística”.
“Podemos observar con toda claridad el control férreo de la información que existe en algunos estados y que se ha dado en llamar la versión oficial”, indicó.
“Claro, los gobiernos se asignan el derecho de difundir sus logros, aunque a veces se destine para ello más dinero del que costaron aquellos; así que el objetivo pasa de la difusión de acciones gubernamentales, eventos y atención a los ciudadanos, a la exaltación del gobernante en turno, al culto a la figura del poder”, apuntó.
Expuso que el periodismo es vital para la sociedad, y se dice muchas veces, sobre todo cuando se celebra el Día de la Libertad de Expresión, pero nadie se pregunta el motivo, y es éste: el periodismo es el contrapeso de esa versión oficial.
“El periodista no podría encontrar la verdad, pero sí acercarse a ella, y la forma de hacerlo es escuchando todas las voces, versiones y posibilidades, sin embargo, cuando el periodista debe elegir entre su vida o esperar, la versión oficial se convierte en la única verdad a fuerzas, incuestionable,”, añadió.
García Rodríguez, dijo que si ningún periodista investiga, si ninguno se pregunta y busca otras posibilidades, cuando sólo queda la versión oficial, oficiosa por naturaleza, manipulada por intereses, e incluso mentirosa, “nuestra verdad no puede ser sino pobre y coja”.
Expuso que, tristemente, la realidad económica y social reduce al periodista a ser un asalariado, un empleado más de una empresa, y comúnmente muy mal pagado, además de que las empresas periodísticas en los últimos años optan por contratar a jóvenes sin experiencia, porque consideran que es una mano de obra más barata, y se observa poco interés por la profesionalización.
“Un ejemplo claro es el periodismo que se ejerce actualmente, porque vemos en los diarios notas del día salidas de entrevistas banqueteras, y es raro encontrar reportajes que aborden con profundidad un problema, menos aún crónicas, a pesar de la larga tradición cronística en el periodismo mexicano”, señaló.
El autor del libro, dijo que las redes sociales, últimamente encargadas de informar, critican y acosan a los periodistas y su falta de objetividad, reclaman que no se dice lo que sucede, y finalmente, al hacer un balance de la situación actual del periodista, es obvio su lugar endeble, vulnerable y extraviado.
Afirmó que “deberíamos tener presente siempre a la hora de periodismo, la humildad de aceptar que no comprendemos el mundo y el valor para querer conocerlo, pues solamente de esta manera accedemos a lo que quizá podría ser la característica más esencial del periodista: la duda.
Puntualizó que “no se puede hacer buen periodismo si nos negamos a escuchar al otro, y aunque en las aulas se enseña que el periodista debe buscar la verdad, lo más cerca que se puede llegar a ésta es juntando todas las verdades posibles, pues sólo de esta manera habrá una mejor comprensión de nuestro mundo y, por consiguiente estaremos en condiciones de comunicar mejor el mundo para otros”.