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OAXACA, Oax. 30 de octubre de 2014.-La muerte es motivo de fiesta para los vivos. En Oaxaca ya huele a mole, chocolate e incienso. En los mercados, la gente satura los pasillos para cumplir un año más con la tradición.
El mercado 20 de Noviembre es uno de los más concurridos, además del Mercado de Abasto, los dos más grandes en la ciudad de Oaxaca.
Entre puestos ambulantes y falta de estacionamiento, el centro de la ciudad vive un aparente caos. Pero aún así, la gente llega para comprar su pan de muerto o el mole de su elección. Jacinto viene del Valle de Etla, ofrece ramos de 10 o 20 pesos de flor de cempasúchil y asegura que son criollas, así lo vende para distinguirse de su competencia, que ponen a la venta flores en macetitas que tienen un costo de 35 pesos y “no llega ni a la docena”.
Aquí se encuentra de todo y para todos los bolsillos. La misma maceta con flor de cempasúchil que le fue ofrecida a alguien en 35 pesos, sube cinco pesos más si quien la compra no regatea el precio. El incienso se vende en bolsitas de 10 pesos y los anafres donde se queman, cuestan 20 pesos. Paula explica que tiene un puesto dentro del mercado, pero en estas fechas obtiene un permiso adicional del Ayuntamiento para vender el incienso afuera, como un puesto ambulante.
“Aquí se vende más, la gente pasa y nos compra”, explica y comenta que a los extranjeros que acuden en esta temporada, lo compran bien.
Botellas de mezcal desde 80 pesos, el mole puede ir de 80 a 120 pesos, el chocolate varía también sus costos de acuerdo con los ingredientes que lleva para mezclarlo, el más caro es hasta de 240 pesos, es especial, dicen.
Los panes también pueden llegar a costar 300 pesos “porque es de yema, de yema de verdad” y ofrecen la prueba.
Guillermina López, panadera, dice que la gente acude a comprar el pan de muerto, aunque en últimas fechas han tenido una merma. “Hay mucha gente que ya no quiere comer pan, dicen que engorda o tienen azúcar, eso nos dicen, pero en estas fechas le entramos todos, por eso vienen”, comenta.
Espera que su venta al final de la semana, supere los 100 mil pesos “se nos vende bien, hay que aprovechar a los muertos porque después se vende menos”, dice.
El mole es un producto que permanentemente tiene demanda, aunque en estas fechas, la producción aumenta.
En la gastronomía oaxaqueña, el mole es preponderante. Sin embargo, algunas personas acuden al mercado para consumir el chile y las especias, lo preparan en casa y no consumen la pasta que se ofrece en barras de kilo, o medio kilo.
El mercado se llena de colorido. De música, pues la marimba ambulante también obtiene buenas propinas por la cantidad de gente que acude en estos días.
Es la vendimia de muertos, en la víspera de la festividad de Todos Santos, cuando se cree que las almas de los difuntos regresan para llevarse el olor de las frutas y de la comida que será colocada en el altar.
La fruta tiene un costo mayor al habitual. Una penca de plátano, por ejemplo, que normalmente se adquiere en 25 pesos, se puede comprar hasta en 40 o más. El kilo de manzana subió también 10 pesos más de lo habitual. Pero como es el mercado, pedir una rebaja no está mal.
Aquí no hay distinción de género, hombres o mujeres acuden a hacer sus compras. Cañas, cacahuates, nueces, manzanitas, calaveritas de azúcar, veladoras y hasta disfraces, son de las cosas que consumen.
Un disfraz de niño se puede adquirir en 140 pesos, o una peluca de diablo, en 85 pesos, algo que siempre se compra de última hora para las comparsas en las escuelas, aunque en estos días no habrá clases en las escuelas públicas.
“Los niños se disfrazan, aunque no haya comparsa en sus escuelas, luego vienen aquí a comprar, sale todo y si no, lo que queda lo guardamos”, explica Benjamín, un vendedor de artículos para disfraces.
La gente viene y va entre los pasillos que se vuelven angostos, empujan, negocian, llenan sus bolsas y vacían sus bolsillos. Es temporada de muertos, después, vendrá la Navidad.