
Exterminio
OAXACA, Oax. 17 de octubre de 2014.- La abuelita ha preparado muchas veces esa maletita, es de Beto, quien está muy ilusionado porque al fin su madre lo va a llevar a vivir con ella.
Va a conocer el mar, se lo había prometido tantas veces y ahora por fin se va con ella.
El viaje ha sido largo pero él está feliz; el cuarto solo tiene una cama pero juntitos se duerme bien, el almuerzo lo hace en un comedor que está cerca de donde trabaja su mamá; va solo a pesar de que tiene 8 años.
Durante el día se aburre terriblemente porque aún no empiezan las clases y en el trabajo de su mamá va de una oficina a otra, aunque claro, no puede correr ni hacer mucho ruido y eso lo limita.
Pero se entusiasma con la idea de que él va a asistir a una escuela particular para no perder clases y estar en un nivel aceptable académicamente hablando.
La comida ya es bastante tarde, pero disfruta de la presencia de la madre y todas las carencias que puede encontrar comparando con la casa de la abuela, bien lo valen.
Han pasado 15 días, ha aprendido a tender su cama después de levantarse, bañarse y estar listo para salir juntos él y su mamá para la oficina.
Está próximo a entrar a la escuela, pero mami ha decidido que Beto debe regresar a casa de la abuela.
Cuando se le pide a Beto que dibuje una familia se aprecia a la mamá, a él y a su primo; también ha dibujado a su papá, quien no ha estado presente desde que tenía dos años, pero que seguramente irá a buscarlo, en cuanto acabe de purgar su condena.
En su dibujo todo es muy pequeño, los personajes están dispersos y no se notan porque toda la hoja está rayada. Llaman la atención dos casas, una mejor hecha que la otra.
Para Beto la lectoescritura es dificilísima a pesar de ir en tercer grado, no domina la línea horizontal para escribir, bueno, la pinza hecha con el pulgar y el índice se le hace imposible, salta de un renglón a otro, omite letras, no sabe calcular, no sabe leer.
Se ha convertido en un niño con problemas de aprendizaje.
Porque si bien es cierto que el coeficiente intelectual promedio en un niño le permite tener habilidades del pensamiento racional, cognitivo, capacidades como la memoria y la aptitud matemática el área emocional no es menos importante, si un niño tiene problemas emocionales no podrá avanzar en la escuela.
Cuanto más bloqueados estamos, menor es nuestra capacidad de sentir y de pensar con libertad, se destruye o minimiza nuestra individualidad y riqueza; más aún, tendemos a reaccionar en forma mecánica y sin auténtica sensibilidad, el niño pierde su espontaneidad y su imaginación.
Un bloqueo psicológico es la pauta para las futuras heridas de un ser humano, sus causas son estrictamente emocionales y su dinámica es la desvalorización, el desprecio y la humillación interiorizados en las relaciones parentales.
Como niños somos dependientes y tenemos miedo porque crecimos bajo la tutela de la culpabilidad y el miedo de que dejen de querernos, que son el fundamento de todo bloqueo.
¿Dónde se originan ese miedo y esa culpa? Ahí donde lo aprendemos todo: en la familia, en donde brotan la gama de emociones que experimentamos día a día, si a Beto se le ha traicionado, mentido, no se le cumplen las promesas hechas, seguramente piensa que no lo aman, que vale tan poco que su madre no quiere tenerlo con ella.
Es muy importante respetar al niño, cumplirle lo que se le dice, reconocer sus emociones (pensamos que como son pequeños no se dan cuenta), escucharlos, dejarlos que se expresen y sobre todo predicar con el ejemplo.
Si tu lees ellos leerán.
Si tú te acomides, ellos lo harán.
Si eres perseverante, ellos lo serán.
Si cumples tus promesas ellos cumplirán.
Y recuerda que un niño que vive con amor, con comunicación, con empatía, tendrá más elementos para socializar y convivir con los demás pero también sus calificaciones serán buenas, porque su atención está centrada, su memoria, su cognición, su lenguaje fluirán correctamente.
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