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Oaxaca, Oax. 10 de diciembre de 2010 (Quadratín).-El presidente de la Junta de Coordinación Política de la LXI Legislatura local, diputado Martín Vásquez Villanueva, llamó a un acuerdo de civilidad política y reconciliación social Al pronunciarse por profundizar el cambio y construir el Oaxaca del siglo XXI, en el que prevalezcan la unidad, prosperidad, el despegue definitivo hacia el desarrollo, la competitividad y el respeto de unos a otros, el presidente de la Junta de Coordinación Política de la LXI Legislatura local, diputado Martín Vásquez Villanueva, llamó a un acuerdo de civilidad política y reconciliación social.
En el marco del 62 Aniversario de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, el legislador puntualizó que es hora, no de darle vuelta a la hoja, sino de aprender de la experiencia, de mirar hacia el futuro y de dar lo mejor de nosotros mismos, comenzando por quienes tienen un mandato popular.
Durante su intervención en tribuna en la sesión solemne conmemorativa a esta fecha, efectuada en el palacio legislativo de San Raymundo Jalpan, el también coordinador de la fracción parlamentaria del PRI subrayó que es tiempo de suscribir un acuerdo que honrando las diferencias políticas y defendiendo nuestros activos comunes, nos haga cada vez más fuertes, un acuerdo fincado en los valores de la libertad, la igualdad y la fraternidad, donde Oaxaca salga ganando. Un acuerdo de reconciliación para construir las bases del futuro.
Asimismo, exhortó a impulsar reformas que fortalezcan el sistema de pesos y contrapesos, que privilegien la corresponsabilidad y la cogobernabilidad de los poderes; que vigoricen los mecanismos de fiscalización, transparencia y rendición de cuentas; que hagan más funcional y democrático al Estado, no más complicada y redundante la burocracia del poder, en el afán de modernizarnos.
El presidente de la Junta de Coordinación Política señaló también que a la par de un acuerdo de civilidad política y reconciliación social, se debe impulsar un frente común contra nuestros adversarios comunes: el rezago histórico, la desigualdad social y la injusticia estructural, así como cualquier atentado contra la dignidad personal.
Hoy somos una sociedad plural, democrática y abierta, con autoridades de los más diversos orígenes ideológicos, en lo estatal y en lo municipal; somos una sociedad crítica y participativa, que exige respeto a los derechos humanos y sociales, que quiere dignidad para los individuos y justicia distributiva para los pueblos. A esta sociedad es a quien debe responder la nueva clase política oaxaqueña, no a los imperativos llanos del poder, sostuvo.