Ocho ministros cierran filas contra la reforma judicial
Signos y Señales
MÉXICO, DF, 24 de agosto de 2015.- Complicado panorama el que se generó la semana pasada, con noticias nada alentadoras: en primer lugar, el peso ya rebasó la barrera de los 17 dólares, lo que significa una depreciación cercana al 30 por ciento, lo que tarde o temprano se reflejará en los precios, particularmente en los alimentos y en los productos importados o que contienen insumos o refacciones importadas.
En segundo lugar la canasta de crudo mexicano llegó a 37.5 dólares el barril, con una producción similar a la de 2008 y no se ve su recuperación, por el otro lado el impuesto generado por el diferencial del costo de importarla, que se incrementa en pesos, y el precio en el mercado interno, se reduce, lo que afecta el impuesto extraordinario que ha servido para compensar tanto a la recaudación federal como las participaciones de los estados y municipios.
Se empieza a percibir la llegada de la inflación. Y un gran temor al desempleo en la burocracia y a la intención de despidos en los estados, sin alternativas reales de empleo. Los salarios reales de acuerdo a OIT y CEPAL no les ha ido bien y la calidad de los empleos creados es menor.
Por otra parte, el INEGI informó que el PIB al segundo trimestre de este año, sólo creció 2 por ciento y el jueves, Merry Lynch anunció la modificación de su estimado de crecimiento para México, de 2.5 a 2.2 por ciento, (19 de agosto). Hacienda redujo su pronóstico de crecimiento de una banda de 2.2 a 3.2 por ciento, a una de 2.0 y 2.8 por ciento, antes -la semana pasada- lo había hecho el Banxico a entre 1.7 y 2.5, cuando su anterior pronóstico estaba entre 2 y 3 por ciento, y así sucesivamente, el pesimismo en los pronósticos.
Si hablamos de finanzas públicas, el panorama para las finanzas subnacionales y locales no optimista: hoy sus participaciones están por arriba de lo estimado, pero por debajo de su nivel real del año pasado y todavía no recuperan lo perdido desde 2008 a 2013, cuando se superó en términos reales el nivel de antes de la crisis de finales de la década pasada.
Se observan cifras positivas en la inversión extranjera directa, al mes de junio, por arriba de su nivel del año pasado, que incluye la compra que hizo ATT. Por otra parte se anuncia la expansión de la presencia de empresas mexicanas en otros mercados. Vale la pena revisar el libro sobre IED que publicó hace no mucho la CEPAL, particularmente el incremento de la inversión de mexicanos en el exterior y revisar las tendencias recientes. En esta materia nos ha ido mejor que en el gobierno de Calderón, donde lo que más destacó fue la compra de las cerveceras a empresas extranjeras, la segunda de las cuales se reflejó en 2013 e incluso nos rebasaron los chilenos y por supuesto Brasil, a pesar de todos sus problemas. Un punto positivo es que hoy la información al respecto es más transparente y oportuna.
Sería sano por supuesto cambiar los puestos burocráticos, por empleos en el sector productivo, pero dado el bajo nivel de la tasa de crecimiento del PIB, cuyos pronósticos se reducen cada vez más, se ve difícil que en lo que resta del año se incremente la inversión de manera suficiente.
Existe nerviosismo en la burocracia y desaliento entre los jóvenes particularmente los que egresan de las universidades públicas, en los presidentes municipales que toman posesión este año e incluso en los gobernadores, dada la dependencia de sus estados de las transferencias federales y lo reducido de sus facultades tributarias.
Pero si hay salidas por supuesto: si apostamos al mercado interno, a la descentralización de facultades impositivas a las entidades federativas y al incremento sustancial de la inversión pública.