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OAXACA, Oax. 31 de octubre de 2013 (Quadratín).- El cortometraje Atempa “Sueños a orillas de un río”, de Edson Caballero Trujillo, se estrenó en Oaxaca, en el marco del III Festival de Artes Visuales Puntos de Encuentro, organizado por la Secretaría de las Culturas y Artes de Oaxaca.
Tras siete años de intenso trabajo, en los que el cineasta siguió la vida de Tino, un niño que desde los siete años, tenía muy clara su orientación sexual, reconociéndose como “muxe” –v ocablo que define a los homosexuales en el Istmo -. El niño describe con claridad lo que espera de la vida: ser independiente, tener una gran fiesta de quince años y después, ser la reina de La Vela Muxe “Las Gacelas”, sueños que a la fecha se han cumplido.
Ante un público que abarrotó el Instituto de Artes Gráficas de Oaxaca, Edson Caballero Trujillo, en compañía de Luis Urrutia, cineasta guatemalteco y editor de la cinta; así como José Avendaño, antropólogo, actor y artista plástico, comentaron las anécdotas y situaciones que detonaron la filmación.
Con hora y media de duración, el documental atrapa al espectador desde el principio hasta el final. Conocer la historia de un niño, que pese a vivir en situación de abandono de su madre, un padre desobligado y una carencia de recursos económicos, encontró su propio camino, sin desviarse nunca de las metas programadas y del amor a la vida.
Paralelamente, en la cinta se aborda las situaciones políticas, económicas, agrarias y sociales que prevalecen en una población que logró su independencia de Tehuantepec, en 1868 y sigue en la lucha por su reconocimiento político.
La cinta muestra la rebeldía de una población que se niega a ser sometida por el caciquismo político, la exuberancia de sus paisajes, el torrente de un río que cruza la población, la belleza de las tradiciones y costumbres, todo ello, mediante un hilo conductor, que es la vida de Tino, y la de amigos entrañables como: Raciel, un muxe que lucha para que los jóvenes no vean el homosexualismo como una condena.
En los siete años en que el cineasta siguió la vida de Tino, descubre el profundo cariño de las personas de su misma orientación sexual, la fraternidad que existe entre su familia, amigos, maestros que lo guían sin ninguna discriminación.
El cineasta Luis Urrutia, reconoció que la cinta tuvo un “trabajo impresionante y consiguió el objetivo que busca todo director: lograr una gran película. El cortometraje aborda los derechos civiles, humanos, agrarios y sexuales de una comunidad recia y perseverante de la región del Istmo.
El antropólogo José Avendaño, manifestó que la película muestra que la muxeidad es el testimonio del sentimiento zapoteca, que sigue y prevalece digno, sin pedir permiso a nadie, sólo está”.