Quiénes somos | Cipriano Miraflores
Achiutla, Tlaxiaco, Oax. 29 de septiembre de 2013 (Quadratín).- De gruesos contrafuertes, formidable cimientos, elevado al cielo azulado de la gran nación de Achiutla, el más preciado y monumental coloso, el ex convento construido por mandado de los dominicos, para honrar y santificar a los Dioses, son el testimonio vivo de la cultura mixteca oaxaqueña.
A pesar de que la ciudad ceremonial más importante de los mixtecos fuese Tilantongo, ya que de ahí dependían Teposcolula, Tlaxiaco, Atoyaquillo, cuando Achiutla, debió ser el centro de culto, y de oración, de los aborígenes, en virtud de que se encuentra al paso hacia las dinastía de Dzanhuindanda.
Pudiese ser nostálgico, el teñir del campanario, en tiempos aquellos no cesaban el repiqueteo de las campanas de bronce, anunciando la buena nueva, o llamando a oración o simplemente, dar a conocer algún acontecimiento de interés social.
La construcción data del siglo XVI, cuando aquí llegaron los frailes dominicos, quienes al encontrar terreno propicio tanto para la agricultura como para las artes y de reflexión, se dieron a la tarea de la magna construcción del gran coloso de roca pura de la región.
En la edificación, cientos de miles de nativos participaron en tan rudo labor, a sudor y sangre fuese colocado piedra sobre piedra, mientras que la fuerza bruta de los naturales, a base de latigazos hizo que dieran hasta más no poder, porque era preciso contar con un palacio a la altura de los dignatarios de la época.
Al tiempo, consideraron justo, agradar al Todopoderoso la oportunidad y ocasión de la vida, haciendo oraciones, además de ayunos como lo dictaban los canones de la religiosidad de los frailes.
El sacrificio de los mixtecos de Achiutla, es ahora un digno testimonio de trabajo, de cultura y de la idiosincrasia, porque el coloso edificado aun permanece de pie, firme ante las adversidades del tiempo, aunque justo es reconocer que el ubicado al norte del ex convento principal, se esta desvaneciéndose, ante la falta de interés de propios, como de las instancias gubernamentales, federal, estatal y municipales, para su preservación y conservación, toda indica la famosa ruta dominica termino con la política del pasado inmediato, cuando por estos lares, nunca volteó la mirada, hacia el hermoso templo, de arquitectura perfecta, permanece herido, sintiéndose más el dolor del olvido y la marginación, cuando son la esencia de la mixtecanidad y hermandad de los pueblos y comunidades indígenas de la comarca, la columna vertebral de la floreciente cultura del indigenismo nacional.
La historia pasa pero no olvida, entonces, es tiempo y ocasión de atender al ex convento de Achiutla, porque forma parte de la ruta dominica y de la cultura legado de los antepasados.
Ubicado desde un lugar estratégicos, puesto que en la actualidad, se alcanza a mirar perfectamente los pueblos en su derredor, cuenta con el templo principal, ex convento cuya gran entrada, estan colocadas en arco piedras blancas de la región, debidamente talladas, de acuerdo al estilo arquitectónico diseñado para tal efecto, mientras que el frontal principal del templo conserva su originalidad y estilo del siglo XVI, además de las puertas de madera en enormes tablones, cuyo grosor es trascendental, ahora permanecen cerradas, en el silencio del olvido, quizás agobiados porque pareciese que los ancestros duermen en sus tumbas, pero no quisieran que todo esto, que a base de grandes sacrificios, además de costos de vidas, queden en silencio, o padezcan el castigo de marginación y silencio sepulcral.
El monumento histórico cultural de Achiutla, es patrimonio cultural de los mixtecos, guarda celosamente sus raíces, sus tradiciones, pero sobre todo su identidad y principio de ser reliquia de los nativos, orgulloso y digno testimonio de la cultura mixteca oaxaqueña.