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MÉXICO, DF. 17 de enero de 2014 (Quadratín).-Ante un registro mareográfico incompleto para evaluar la elevación del nivel del mar y establecer la velocidad de su incremento en algunas zonas de la República, investigadores del Instituto de Ciencias del Mar y Limnología (ICMyL) unidades Mazatlán y Ciudad Universitaria de la UNAM, reconstruyen la información de sus cambios durante el último siglo.
De acuerdo con un comunicado de prensa, se trata de un estudio precursor que relaciona el incremento de la altura del mar con la acumulación del sedimento en marismas de manglar.
Para ello se utiliza el 210Pb, un elemento radiactivo natural que permite fechar la edad precisa de cada capa sedimentaria.
Esta técnica es similar a la utilizada por el grupo de investigación de esta casa de estudios para observar los cambios ambientales y la contaminación en ambientes costeros y lagos durante el último siglo.
“El objetivo es obtener registros ambientales confiables de los últimos 100 a 150 años. Para ello empleamos una metodología basada en el fechado de sedimentos de marisma en la laguna del Estero de Urías, en Mazatlán. Allí recolectamos los primeros núcleos sedimentarios de este estudio”, explicó Ana Carolina Ruiz Fernández, líder del grupo.
El proyecto, denominado Registros ambientales del cambio global: reconstrucción de cambios recientes (100 años) en el nivel del mar a partir del estudio de sedimentos costeros, nace con la finalidad de establecer con qué velocidad se incrementa el nivel del mar en algunos puntos del país, además, permitirá analizar los cambios ambientales ocurridos en el pasado y plantear previsiones para el futuro.
Participan otros investigadores de la UNAM como Joan Albert Sánchez Cabeza, María Luisa Machain Castillo, Martín Merino Ibarra, además de Alejandro Cearreta de la Universidad del País Vasco, España, así como estudiantes del Posgrado de Ciencias del Mar y Limnología de esta casa de estudios.
“El mareógrafo de Mazatlán funcionó entre las décadas de 1950 y 1970. Desde entonces y hasta el año 2005 su registro está incompleto. Ahora el Servicio Mareográfico de la UNAM, en el Instituto de Geofísica, ha empezado a restablecerlo. Esperamos que nuestros resultados sean complementarios y llenar el vacío antes de su inicio y durante el periodo intermedio”, planteó Ruiz Fernández.
El grupo de trabajo cuenta con amplia experiencia en el área de la obtención de registros ambientales del cambio global, dijo la universitaria, quien reiteró que esta investigación ayudará a analizar los cambios ambientales ocurridos en las zonas de estudio, además de determinar las alteraciones en el nivel del mar en el último siglo.
Los cambios del nivel del mar responden principalmente al deshielo en áreas continentales y la expansión térmica de los océanos debido al calentamiento climático.
En cada localidad están afectados por otros fenómenos como los movimientos de la corteza terrestre, la intensidad de las mareas y las corrientes costeras, acontecimientos meteorológicos como nortes y huracanes, además de procesos oceanográficos de gran escala, como El Niño.
Aunque la velocidad de ascenso del nivel del mar es uno de los impactos potenciales más devastadores para las zonas costeras, el conocimiento que se tiene es insuficiente.
La ventaja de tener información local confiable en este aspecto que, para tareas de adaptación y mitigación, se tendrán datos reales de la zona y no valores promedio globales.
“En México existen diferencias en las velocidades de incremento del nivel del mar. Para establecer programas de manejo costero con visión de futuro es necesario realizar proyecciones derivadas de datos reales, no de modelos, con mucha incertidumbre”, concluyó.