Exhorta Huaxyacac a diputados locales para aprobar reformas contra la violencia de género

Oaxaca, Oax., 25 de noviembre de 2011 .- En nuestro estado, entre el 2002 y octubre 2011 se han registrado 619 muertes maternas; el 75% de las muertes fueron en una institución de salud o en localidades donde se contaba con un hospital. Mientras la razón de muerte materna ha bajado de 13 puntos en este periodo, la tasa de cesáreas ha crecido de alrededor de 30 puntos (del 25% al 55% en el sector público). Es evidente que este aumento de intervenciones (junto con las episiotomías masivas, el uso de oxitócicos, el aislamiento, la restricción en el movimiento y la posición horizontal en el parto) no ha repercutido de manera contundente en la salud de las mujeres.
El Artículo 12 del Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales reconoce el derecho de toda persona al ”disfrute del más alto nivel posible de salud física y mental”, entendiéndolo como un derecho a controlar la propia salud y el cuerpo (incluida la reproducción), y estar libre de interferencias, tales como la tortura o la experimentación médica. El derecho a la salud se relaciona con el derecho fundamental de todas las personas a la vida y a vivir en dignidad. Existe evidencia científica reciente que muestra que una serie de prácticas médicas que se realizan con regularidad en las instituciones de salud en la atención del parto son obsoletas y dañinas para la salud de la madre y del bebé.
La Organización Mundial de la Salud ha emitido recomendaciones en este sentido desde hace 25 años y varios documentos normativos en México han retomado algunas de estas recomendaciones. Tales como: la Norma Oficial 007, el Lineamiento de Cesárea Segura, la Estrategia para acelerar la reducción de la muerte materna, el lineamiento de atención del parto vertical.
A pesar de estos documentos, se siguen presentando omisiones y fallas importantes que violan los derechos humanos básicos de las mujeres en momentos tan vulnerables como son el trabajo de parto y el parto. Las revisiones vaginales masivas por diferente personal de salud, la restricción de movimiento y posición para el parto, la falta de información sobre los procedimientos a seguir, el uso excesivo y rutinario de la episiotomía, la condición de soledad y aislamiento, el maltrato físico, verbal y emocional y la falta de contacto inmediato piel a piel con el recién nacido. Cuando está demostrado que estas prácticas son dañinas para la salud de las mujeres y se siguen ejerciendo de manera deliberada, se está violando de manera clara el derecho al disfrute del más alto nivel posible de salud, ejerciendo “violencia obstétrica” (término legal propuesto por el Dr. Rogelio Pérez D’Gregorio, publicado como editorial en la versión electrónica del Diario Internacional de Ginecologia y Obstetricia (International Journal of Ginecology and Obstetrics- The International Federation of Ginecology and Obstetrics, 6 de Octubre de 2010).
Está demostrado que una práctica no violenta de atención del parto asegura el respeto de los derechos reproductivos y sexuales de las mujeres, reduce los costos de asistencia médica, las complicaciones perinatales y la mortalidad materna. Exhortamos a las y los diputados a que den una muestra de voluntad hacia las mujeres oaxaqueñas de estar velando por la defensa de sus derechos fundamentales, de proteger la delicada etapa de la maternidad, de dotar a la ciudadanía de las herramientas para exigir el respeto a sus derechos, a su dignidad, a su cuerpo y a su vida. Pedimos que se reconozca que existe la violencia obstétrica y que este tipo de violencia ha sido invisibilizada y disfrazada de “normalidad”; que la protección de madres y bebés de cualquier tipo de abuso, maltrato y de la mal práctica es una prioridad para quienes velan por los intereses de la población oaxaqueña. Ningún interés gremial puede estar encima de los derechos humanos de las mujeres.
También pedimos que se apruebe las reformas a la Ley estatal de Acceso para las Mujeres a una Vida Libre de Violencia de Género de manera íntegra, pues de eso depende la integración del sistema de atención a la violencia, la seguridad de las mujeres, la re-educación de los agresores, entre otras acciones urgentes a tomar para enfrentar la violencia contra las mujeres en Oaxaca, así como garantizar la visión de conjunto que abarca tanto el ámbito institucional como el privado y que se garantice de manera plena el derecho constitucional a la salud y a una vida libre de violencia.
La aprobación integra de las reformas es una oportunidad del congreso para demostrar el interés por las mujeres y no de grupos de poder y de intereses de cálculos políticos.
¡No queremos una reforma simulada!
¡La vida de las mujeres esta en sus manos!