Mantiene SSPO activo el Plan de Apoyo a la Población en el Istmo
OAXACA, Oax. 10 de diciembre de 2014.-El Chikungunya es una enfermedad que se caracteriza por fiebre, dolores severos en las articulaciones, dolor de cabeza, musculares, náusea, fatiga y erupciones cutáneas; la principal diferencia con el dengue radica en la afección severa de las articulaciones.
Fue descubierto inicialmente en la década de los 50 y se transmite al hombre por los mismos mosquitos portadores del dengue.
De acuerdo con un comunicado de prensa, el jefe de la Jurisdicción Sanitaria dos de la región del Istmo, perteneciente a los Servicios de Salud de Oaxaca (SSO), Daniel López Regalado, detalló que en la zona limítrofe con el estado de Chiapas se efectúa la vigilancia epidemiológica: toma de muestras a casos sospechosos, supervisión de unidades y capacitación sobre la enfermedad a personal médico, de enfermería y promotores de salud.
“No existe una vacuna para prevenir la infección por este virus, ni tratamiento específico, al igual que para el dengue, su tratamiento es sólo sintomático”, señaló.
Se han capacitado 24 unidades médicas hasta el momento, al ser zonas de riesgo por ser limítrofes o paso obligado de migrantes: San Pedro Tapanatepec, San Francisco del Mar, San Domingo Zanatepec, Santiago Niltepec, Reforma de Pineda, San Francisco Ixhuatán, San Dionisio del Mar, Santo Domingo Ingenio, San Miguel Chimalapa, Asunción Ixtaltepec, Juchitán, entre otras.
Por el departamento de vectores se analizan las hectáreas de las localidades de Los Corazones, San Pedro Tapanatepec, Reforma de Pineda y Zanatepec, donde se realiza la nebulización.
Durante 2 semanas las acciones de la Jurisdicción Sanitaria en la región, han sido reforzadas por la brigada del Centro Nacional de Programas Preventivos y Control de Enfermedades (Cenaprece), la cual ha realizado supervisión de centros de salud y hospitales para descartar casos sospechosos.
López Regalado exhortó a la población seguir con las siguientes recomendaciones: eliminación de criaderos de larvas o mosquitos de los patios y azoteas mediante la reducción del número de depósitos de agua, uso de repelentes, pantalones largos y camisas de manga larga para evitar las picaduras del vector en zonas de riesgo.
Asimismo, lavar por lo menos una vez a la semana los depósitos en los que se almacene agua para uso y consumo humano, así como los floreros y recipientes de plantas acuáticas.
Tapar tambos y piletas para evitar que los mosquitos puedan poner sus huevecillos, también voltear cubetas, botes, o cualquier objeto que sea de utilidad pero que pueda retener agua de lluvia y convertirse en criadero.