Con ponencia magistral, promueven la educación para la libertad
OAXACA, Oax. 11 de diciembre de 2014.- El viernes 12 de diciembre, a las 7 de la noche, el Instituto de Artes Gráficas de Oaxaca (IAGO) expondrá ‘Monos y tipos, retratos 2005-2008’ de George Mead Moore.
De su obra, el autor escribió la siguiente reseña:
Durante los años 2005-2008 viví en España. Mi esposa, Alicia, y yo, decidimos ir a vivir y trabajar en Madrid durante algún tiempo. Tuve la suerte de encontrar un pequeño estudio para pintar cerca del Museo del Prado, y ahí nos quedamos.
Viendo las obras en el Prado pensé en el título del disco de Miles Davis, Sketches of Spain (Bocetos de España), así que compré algunas muñecas y animales de peluche que había visto en un escaparate de una tienda en la Gran Vía y empecé a dibujarlos.
Al mismo tiempo, leí el libro de los filósofos Paola Cavalieri y Peter Singer, El Proyecto Gran Simio: la igualdad más allá de la humanidad, y me impactó muchísimo. En este libro, varios autores, entre ellos Jane Goodall y Richard Dawkins, plantearon seriamente la pregunta ¿por qué no considerar como semejantes a los chimpancés, gorilas u orangutanes, con vidas tan ricas en los aspectos social, emocional y cognitivo como las de los seres humanos?
Por todo lo anterior, quise dibujar a los grandes simios, realzando sus cualidades humanas. Al frecuentar el zoológico y acuario de Madrid tuve la ventaja de observar a un mismo grupo de animales durante varios meses, algo bastante útil al dibujar mis retratos. Usé un trozo de carboncillo y un bloc de dibujo como los retratistas de los turistas en la calle. Cada vez que un chimpancé, gorila u orangután se me acercaba, empezaba a dibujar rápidamente. Algunas veces, ¡sólo me daban algunos segundos para dibujarlos! Tuve mucha suerte con los gorilas, porque suelen ser más tranquilos. Los orangutanes presentan un aspecto más misterioso, como chamanes. El significado original de la palabra orangután, en malayo, es “vieja persona de la selva”. Había uno que, mientras lo dibujaba, me miraba fijamente con expresión de crítico de arte.
Para llegar al zoo de Madrid debía viajar en metro durante una hora. Me quedaba fascinado al ver las caras de los nuevos immigrantes a España: africanos, latinoamericanos, chinos y los europeos del Este. Debido a su ubicación en la Península Ibérica, las Islas Canarias y dos enclaves en el Norte de África, el territorio de la España moderna ha sido siempre una encrucijada de la migración humana.
Muchos extranjeros sin papeles que llegan a España desde África lo hacen por mar, a bordo de pequeñas e inestables embarcaciones (pateras y cayucos) y en condiciones de riesgo extremo. Muchos de estos viajes están controlados por mafias que cobran una gran cantidad de dinero por el viaje, hasta mil euros. Un día, fui a un centro que ofrecía ayuda a estos inmigrantes y contraté a algunos de ellos como modelos, un poco para ayudarles y un poco para conocer sus experiencias. Muchos de los hombres que posaron para mí me explicaron que habían sido seleccionados por sus pueblos para hacer el peligroso viaje hasta España para buscar trabajo, porque tenían alguna habilidad técnica especial como plomeros, electricistas o carpinteros, pero casi siempre terminaron vendiendo discos compactos piratas en las estaciones del metro, con los ojos vigilando la inevitable llegada de la policía.
Viendo mis retratos terminados de estos señores volví a pensar en Miles Davis.