
Desaparición Forzada
Oaxaca. Oax. 03 de julio de 2009 (Quadratín).- En 1968, el historiador venezolano Virgilio Rafael Beltrán afirmó que el 62% de Latinoamérica, Africa, Medio Oriente y Asia Sudoccidental, estaban gobernadas por dictaduras militares. América Latina fue el continente que más se acentuó en su estudio debido a que casi en la totalidad de sus países, los gobiernos emanaron de golpes de estado, mientras que en las otras latitudes, fueron producto de guerras, la creación y extinción de estados, además de varias revoluciones.
En nuestro continente, del total de golpes militares entre 25 países, desde 1902 hasta la última acción golpista en Venezuela en 2002, tenemos un total de 327 derrocamientos a través del uso de la fuerza, contando los que se estabilizaron como dictaduras por meses o años y aquellos que duraron pocos días, como fue el caso de los repetidos golpes de estado en Bolivia.
Hoy vivimos una nueva actitud golpista en nuestro continente, en el segundo país más pobre de Latinoamérica, sólo después de Haití. Y es que el Presidente de Honduras, Manuel Zelaya, que llegó al poder a través de las urnas democráticas fue cuestionado desde el inicio de su gestión. El mandatario hondureño, que inició su gobierno en 2006, alcanzó la silla presidencial bajo las siglas de un partido de derecha, pero ya en el poder implementó diversas acciones que calificaron a su gobierno como populista y de izquierda. En el transcurso de los cambios geoestratégicos en el hemisferio, Zelaya signó la unión de su país a la Alternativa Bolivariana de las Américas (ALBA), encabezada por el liderazgo de Hugo Chávez, Presidente de Venezuela, quien ha implementado diversas reformas a la Constitución de aquel país para reelegirse en el poder.
Estas influencias, manipularon la visión de gobierno de Zelaya. Sin duda erró en querer imitar el modelo chavista, lo cual causó reiteradas violaciones de las leyes hondureñas al pretender convocar a un referéndum para reformar la Constitución, mismo que pretendía realizarse el domingo pasado. La Corte Suprema de Honduras se lo prohibió, su Partido Liberal (derechista) le dio la espalda y los militares amenazaron con echarlo, y cumplieron su amenaza. El día 28 de Junio, el país quedó bajo el estado de sitio por militares, cortando los diversos medios de comunicación.
El Secretario del Congreso Legislativo de aquella nación leyó una supuesta carta en donde se dice que el renuncia por razones de salud, entre otras, desmentido por el presidente Zelaya, el cual dice que se trata de una conspiración politico-militar. La Organización de Estados Americanos (OEA) prevé un aislamiento internacional a Honduras, mientras que los países del Sistema de Integración Latinoamericano (SICA), incluidos México, han formado un frente común para retirar a sus Embajadores en Tegucigalpa. Y es que aunque queramos hacer juicios de valor en torno a este caso, lo cierto es que en el derecho internacional y diplomático, cuando se lleva a cabo un golpe de Estado en una nación extranjera, la costumbre internacional indica que es necesario retirar a los representantes diplomáticos del país en cuestión, quedándose un representante en el nivel de encargado de negocios.
La situación que se vive en Honduras, es un ejemplo claro del enfrentamiento político entre diversas élites de poder en América Latina, incluyendo a los militares. No sucedía un acontecimiento de esta magnitud desde finales del la Guerra Fría. Lo más curioso del tema, es que Estados Unidos se ha manifestado a favor del Presidente Zelaya, lo mismo que Cuba, Venezuela y México. Entonces, ¿quiénes están detrás de este teatro golpista?