Llora, el país amado…
Oaxaca, Oax. 09 de julio de 2009 (Quadratín).- El ejercicio que a continuación efectuaremos no es adelantarse a los tiempos electorales ni mucho menos a pare hacer predicciones de los procesos internos de los partidos políticos a nivel estatal. Si hoy fueran las elecciones para gobernador en el Estado de Oaxaca, la victoria sería contundente para el Partido Revolucionario Institucional (PRI). Una coalición de varios institutos políticos apenas se acercaría a la principal fuerza política en el Estado: el PRI.
Hasta ayer, los resultados emitidos por el Instituto Estatal Electoral reportaban el 99.87 por ciento de las casillas computadas, con más del 40% para el partido tricolor. Una posible alianza entre los partidos de la Revolución Democrática (PRD), Convergencia y del Trabajo (PT) obtendría 256 mil 732 votos.
La suma de los votos de estos partidos sería inferior en 192 mil 253 votos, lo cual significa que el PRI alcanzaría más de 400 mil votos, suficientes para conservar el poder político en el Estado de Oaxaca. Incluso si se repitiera el escenario, imposible para nuestros tiempos, que se vivió en 2004 con la coalición PAN-PRD-Convergencia, la suma de los votos de estos tres partidos sería de 375 mil 946 votos, lo que demuestra que aún juntos, con éstas cifras, no tendrían posibilidad de alcanzar la gubernatura.
La presente elección alcanzó una participación de 41.7% del padrón electoral, superando procesos intermedios para renovar alguna Cámara Legislativa. No dudamos que en una elección para gobernador, la tendencia de participación crece, aunado a la homologación del calendario electoral, por lo que es importante considerar también las próximas elecciones de diputados locales y presidentes municipales. Sin duda, el PRI en Oaxaca está mas fortalecido de lo que se creía y los partidos de oposición están divididos, sin proyecto político y con falta de liderazgo en sus cúpulas. Gabino Cué parece ser el gallo que pueda contender contra el Revolucionario Institucional en la próxima competencia electoral, pero su imagen pública está debilitada, su partido carece de estructura, además existen otras figuras que también han levantado la mano y que le darán batalla en su partido. La única forma de derrotar al PRI sería que su contienda interna se torne muy ríspida y agitada, generando con ello fracturas y divisionismo, lo cual se visualiza como imposible. Sin embargo, al parecer el Gobernador, los militantes del PRI, la dirigencia nacional de este partido y sobre todo la gente común, parece saber ya quien será el sucesor de Ulises Ruiz en Oaxaca.