
Quiénes somos | Cipriano Miraflores
Huajuapan de León, Oax., 24 de septiembre de 2011 (Quadratín).- Entre prolongados aplausos y alabanzas, y una misa concelebrada de acción de gracias por sus 50 años de ordenación sacerdotal, festejó el padre Luis Martínez Rivera, sus bodas de oro presbiteral, ceremonia que fue presidida por el monseñor Teodoro Enrique Pino Miranda, obispo diocesano, y una treintena de sacerdotes, ante un lleno en la Santa Iglesia catedral.
La liturgia tuvo lugar, a las siete de la noche de este viernes 23, en ella el jefe de la iglesia católica local, destacó dos virtudes que predomina en la humanidad del padre Luis Martínez
Rivera, durante sus 50 años de vida sacerdotal: el amor a la Liturgia y el amor al Catequesis, en la primera, ha demostrado con pasión el ejercicio del sacerdocio al servicio de sus semejantes, con sus actos litúrgicos celebrados en misas, luego sus sabios concejos, además de ser guía espiritual y pastor de almas, en la amplia sociedad de la diócesis de Huajuapan de León.
Mientras que en la Catequesis, su amor por la niñez de los pueblos de la mixteca oaxaqueña, de ahí, su devoción e inspiración en la santísima virgen María, en su advocación de nuestra señora de las Nieves, Pino Miranda, le dijo: Padre Luis, este tu pueblo, te aclama y te aplaude, por eso me uno a esta alegría y gozo, hoy nos unimos a esta fiesta, porque comprendemos que es un acontecimiento de fe, la vida sacerdotal es, como bien lo sabemos el puente entre Dios y el hombre, 50 años, ya son bien significativos en la vida humana, por eso padre Luis, este tu pueblo hoy de una manera muy especial te felicita y te aplaude por esa entrega y compromiso de 50 años.
El prelado subrayó, que en la vida de cada hombre existen muchos momentos para pedir perdón, luego agregó: sé también en la vida sacerdotal, hay cuantos vacios y lagunas que bien hubieran querido llenarse, pero solamente nos queda, poner todo en manos de la misericordia de Dios, por eso en este momento unidos al padre Luis, pedimos al señor su misericordia y perdón, sostuvo Pino Miranda.
Al interior de la Catedral Huajuapense, por instantes resplandecía la luz, iluminación que el sacerdote ejerce cuando se asemeja al creador en sus actos sagrados de la liturgia y la eucaristía, como centro de vida sacerdotal, cientos feligreses, hermanos, familiares, amigos, amistades, y gentes procedentes de los diversos pueblos de la diócesis de Huajuapan, donde prestara sus servicios pastorales, el festejado, se congratularon con tan solemne y gozosos actos que con motivo de las bodas de oro presbiteral del padre Luis.
El presbítero Luis Martínez, hizo la renovación de las promesas sacerdotales, ante el obispo diocesano Teodoro Enrique Pino Miranda, refrendó el compromiso que hiciera hace 50 años, de estar íntimamente unido a Cristo y trabajar al servicio de su iglesia y de sus semejantes.
Al mismo tiempo, fueron nuevamente bendecidos el cáliz que hace 50 años recibiera como regalo de sus padres, para sigan sirviendo junto con el sacerdote a la sociedad y la grey católica.
Martínez Rivera, dio continuidad a la ceremonia litúrgica que iniciará el obispo Pino Miranda, en su intervención y antes de decir las palabras de acción de gracia, dijo: Pido perdón, por no haber sido tan generoso, quizás en algunas ocasiones para con la feligresía, de ahí arrancaron por enésima ocasión sendos y prolongados aplausos, uniéndose a ello el propio obispo y la treintena de sacerdotes, en que el coro, entonaba alabanzas propias de la ocasión.
Cabe señalar que durante la ceremonia se observaron, delicadeza, pulcritud y solemnidad requerida por tan importante evento en la vida sacerdotal del sacerdote Luis, el puñados de familiares y sus hermanas, llevaron vestidos de gala, en tanto que su hermano, el también sacerdote José, ubicado al lado derecho del altar mayor, con su vestimenta religioso, acompaño al festejado en la solemnidad de la ceremonia de 50 años de vida sacerdotal.