Semilleros Creativos de todo México se unieron en el Auditorio Nacional
MÉXICO, DF, 10 de junio de 2015.- El escritor Leonardo Padura fue galardonado con el premio Príncipe de Asturias de las Letras 2015.
Leonardo Padura (La Habana, 1955) trabajó como guionista, periodista y crítico, hasta lograr el reconocimiento internacional con la serie de novelas policiacas protagonizadas por el detective Mario Conde: Pasado perfecto, Vientos de cuaresma, Máscaras, Paisaje de otoño, Adiós, Hemingway, La neblina del ayer y La cola de la serpiente, merecedoras de premios como el Café Gijón, el Dashiell Hammett, el Premio de las Islas y el Brigada 21.
También ha escrito La novela de mi vida y El hombre que amaba a los perros, una trepidante reconstrucción de las vidas de Trotsky y Ramón Mercader, traducida a más de diez idiomas, vendidos sus derechos al cine y merecedora, entre muchos otros premios internacionales, del Francesco Gelmi, Prix Initiales, Prix Caillois, y del Premio de la Crítica en Cuba.
Su última novela, Herejes, ha merecido el Premio de Novela Histórica Ciudad de Zaragoza y ha sido finalista de los premios franceses Médicis y Fémina. En febrero de 2015, Tusquets Editores ha publicado Aquello estaba deseando ocurrir, donde se reúne todos sus cuentos.
Recientemente, el cineasta francés Laurent Cantet ha estrenado la aclamada Viaje a Ítaca, película con guión del propio Leonardo Padura, a partir de su obra La novela de mi vida.
El director Félix Viscarret acaba de iniciar en Cuba el rodaje de Cuatro estaciones en La Habana, un proyecto cinematográfico y televisivo basado en la serie policiaca protagonizada por Mario Conde.
La producción, a cargo de la compañía alemana Nadcon (involucrada en las adaptaciones de la trilogía Millennium de Stieg Larsson y de las novelas de Henning Mankell) y de la española Tornasol, contará con Jorge Perugorría interpretando a Mario Conde.
Las obras de Padura han sido traducidas a veinte lenguas, y publicadas en algunas de las editoriales más prestigiosas del mundo, entre ellas: Éditions Métailié (francés), Bompiani (italiano), Farrar Straus Giroux (inglés, USA), Bitter Lemon (inglés, UK), Unionsverlag (alemán), Porto Editora (portugués), Kastaniotis (griego), Kodansha (japonés), Shanghai 99 Readers’ Culture (chino), Boitempo (portugués, Brasil) o Sohn Publishing House (danés).
Sus anteriores obras en la Serie Mario Conde
Pasado perfecto: “Una magnífica evocación dikensiana de la agitación callejera, incluyendo vendedores de droga, prostitutas, gente haciendo cola para comprar pizza, recién casados, hoteles, fanáticos del béisbol, captados en la melancólica luz de la apocalíptica Habana del atardecer”.
Times Literary Supplement
Vientos de cuaresma: “Una metáfora: del desencanto, del desengaño vital, de la brillante y falsa realidad revolucionaria, que muestra su desastrada faz. El otro rostro de la sociedad cubana, la existencia de un submundo de crueldad, corrupción y muerte”
Miguel García-Posada, El País
Máscaras: “Una estupenda novela que abruma por la locura que cabe en el ser humano, pero que alegra por su fresco vitalismo”.
Santos Sanz Villanueva, El Mundo
Paisaje de otoño: “Un argumento brillante envuelto en una gran atmósfera. Casi se huele el humo de los puros, el ron y las mujeres de mala vida”.
Daily Mirror Review
Adiós, Hemingway: “La originalidad de la novela consiste en trazar un análisis agridulce del autor de El viejo y el mar. La Habana constituye el telón de fondo ideal para una historia donde el crimen es casi un accidente y Hemingway visto por Padura el verdadero argumento”.
Joaquín Marco, El Mundo
La neblina del ayer: “La novela es un viaje a La Habana nocturna de los años cincuenta y su música, al mundo de los libros en la isla”.
Diario de Cádiz
La cola de la serpiente: “Los previsibles Tipos de muchas novelas de intriga se resisten aquí de humanidad. Padura trasciende los límites de la novela de género y la dignifica literariamente”.
Ricardo Senabre, El Mundo
Otros libros del autor:
Aquello estaba deseando ocurrir: El universo habanero de las novelas de Leonardo Padura ya es inconfundible, pero hasta ahora sus relatos nunca habían sido recogidos en un solo volumen. Sus cuentos son historias magníficas protagonizadas por soldados que vuelven de Angola a La Habana y recalan en Madrid -donde el azar los transportará al pasado-, o que al abandonar el país africano se sienten doblemente traicionados; por estudiantes seducidos por boleros y cantantes de antiguo esplendor; por solitarios que recorren La Habana nocturna en busca de un afecto, algún roce que, paradójicamente, los transforma en monstruos; por personas que sueñan con ser escritores y cuya biografía resulta ser el relato más conmovedor; y por tantos cubanos que se embarcan, desesperados, rumbo a Miami… Estos relatos, que rezuman amor y mucho erotismo, nostalgia y amistad, nos introducen en la atmósfera caribeña de una ciudad llena de vidas por contar.
Herejes: En 1939, el barco S.S. Saint Louis, con novecientos judíos que lograron huir de Alemania, estuvo fondeado varios días frente al puerto de La Habana a la espera del permiso para los refugiados. El niño Daniel Kaminsky y su tío esperaron en el muelle a que desembarcaran sus familiares, confiados en que usaran ante los funcionarios el tesoro que portaban a escondidas: un pequeño lienzo de Rembrandt que perteneció a los Kaminsky desde el siglo XVII. Pero el plan fracasó y el barco regresó a Alemania, llevándose con él toda esperanza de reencuentro.
Muchos años después, en 2007, la noticia de que ese lienzo se subasta en Londres, provoca que el hijo de Daniel, Elías, decida viajar a La Habana desde Estados Unidos para aclarar qué sucedió realmente con el cuadro y su familia. Sólo alguien como el Conde puede ayudarle en la misión. Y en los encuentros y las conversaciones sabremos que Daniel decidió cambiar radicalmente de vida y que le atormentaba un crimen. También que ese cuadro, una imagen de Cristo, tuvo como modelo a otro judío, que en la Ámsterdam del siglo XVII rompió todas las convenciones de clase y de religión para trabajar en el taller de Rembrandt y aprender a pintar con el maestro.
El hombre que amaba a los perros: En 2004, a la muerte de su mujer, Iván, aspirante a escritor y ahora responsable de un paupérrimo gabinete veterinario de La Habana, vuelve los ojos hacia un episodio de su vida, ocurrido en 1977, cuando conoció a un enigmático hombre que paseaba por la playa en compañía de dos hermosos galgos rusos. Tras varios encuentros, «el hombre que amaba a los perros» comenzó a hacerlo depositario de unas singulares confidencias que van centrándose en la figura del asesino de Trotski, Ramón Mercader. Gracias a esas confidencias, Iván puede reconstruir las trayectorias vitales de Liev Davídovich Bronstein, también llamado Trotski, y de Ramón Mercader, también conocido como Jacques Mornard, y cómo se convierten en víctima y verdugo de uno de los crímenes más reveladores del siglo xx. Desde el destierro impuesto por Stalin a Trotski en 1929, y desde la infancia de Mercader en la Barcelona burguesa, sus amores y peripecias durante la Guerra Civil, o más adelante en Moscú y París, las vidas de ambos se entrelazan hasta confluir en México. Ambas historias completan su sentido cuando sobre ellas proyecta Iván sus avatares vitales e intelectuales en la Cuba contemporánea y su destructiva relación con el hombre que amaba a los perros.
La novela de mi vida: Delatado a la policía, expulsado de su puesto en la universidad y tras dieciocho años en el exilio, Fernando Terry decide volver por un mes a La Habana, atraído por la posibilidad de dar al fin con la autobiografía desaparecida, La novela de mi vida, del poeta José María Heredia, al que dedicó su tesis doctoral. De paso, se enfrentará de una vez con las sospechas que han ido alimentando su rencor. A la historia de ese reencuentro y a la busca del codiciado manuscrito, se suman alternativamente dos planos temporales más: el de la vida de Heredia a comienzos del siglo xix, en los años de la Colonia, y el de los últimos días de su hijo José de Jesús de Heredia, masón, a principios del xx.
Paulatinamente, las vidas de los personajes y sus peripecias van creando paralelismos insospechados, como si en Cuba la Historia se cebara en el destino individual de cualquiera que destaque por su talento: delaciones, exilios, intrigas políticas parecen insoslayables para todo creador, sea cual fuere el periodo histórico que le haya tocado vivir.