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Xochitlalyocan, jardín que resguarda la memoria verde de México
Oaxaca, Oax., 22 de febrero de 2012 (Quadratín).- En la cancha rebota una pelota, el sonido que produce testimonia el paso del tiempo. Muchas son las generaciones que pasaron días de juventud y estudios por el Gimnasio Universitario de la UABJO, sobre el andador turístico Macedonio Alcalá y avenida Morelos, en el primer cuadro de la ciudad. Oaxaca era distinta, otra, con 50 mil habitantes.
___ ¿Cuáles eran los límites de la ciudad en aquella década de los sesentas?
___ La ciudad terminaba tres cuadras antes de las vías del ferrocarril. Aquí todas las familias se conocían, no había tanta migración interior. La gente que llegaba de los pueblos sólo venía en días de mercado a vender los productos del campo y regresaba.
___ ¿Cómo era el ambiente familiar de aquel entonces?
___ Distinto, imperaba el respeto a los mayores. Y eran los tiempos de una Oaxaca de las cinco comidas al día: desayuno, almuerzo, comida, merienda y cena.
En el Gimnasio Universitario, a espaldas de la escuela de Derecho, se celebran los juegos universitarios en su fase estatal. En la cancha practican los equipos de la Universidad del Mar (UMAR) y de la Universidad Regional de Sureste (URSE). Un hombre entrado en años, Gilberto Guilebaldo Cosío Matus, observa a las jóvenes jugar basquetbol.
___ ¿Guarda recuerdos de sus tiempos estudiantiles?
___ Yo no era más que un Macoloche, estudiante de primer grado universitario, cuando me arrojé de allá señala las alturas de la instalación deportiva-, porque deben saber que donde hoy es la cancha antes había una alberca con un trampolín de 10 metros de altura.
___ ¿Había novatadas para los de reciente ingreso?
___ Existían tres clases de estudiantes: Macoloche, Perro y Puma, los últimos se encargaban de cortar cabelleras a los de nuevo ingreso y nos hacían desfilar en las celebraciones a la Santa Cruz, el 3 de mayo.
En este febrero de clima cambiante las universitarias rebotan la pelota y juegan. La selección de la UMAR está formada por alumnas del los campus de Huatulco, Puerto Ángel y Puerto Escondido; el equipo de la URSE lo forman estudiantes de la escuela de Medicina.
___ ¿Hasta dónde llegaban los límites de la Universidad Autónoma Benito Juárez?
___ Toda la universidad era lo que hoy se conoce como Edificio Central, en Independencia y Alcalá. De la primaria se pasaba a la universidad. El nivel medio de enseñanza se hacía en cinco años: secundaria y preparatoria.
___ ¿Y cuándo se quería estudiar alguna especialidad que no ofreciera la universidad, qué hacían los jóvenes?
___ Tenían que emigrar, dejar a su gente y el pueblo. Salir a la Ciudad de México o a Puebla. Ahora veo con alegría que los jóvenes pueden hacer sus estudios en universidades en los municipios más importantes de todo Oaxaca, eso es un logro de nuestros gobiernos.
___ ¿En la década de los sesentas y setentas, cuáles eran los riesgos en los que podían caer los jóvenes?
___ No había la violencia que hoy impera en todo el país, de eso me alegro del pasado.
La ruta del narcotráfico no pasaba por la ciudad. Tan es así que la marihuana se popularizó en los setentas, fue el principio de la decadencia social, y sólo la fumaban los hijos de las familias pudientes. De las llamadas drogas duras muy pocos sabían.
___ ¿Qué imagen de la ciudad le hace ir a los recuerdos de la infancia?
___ La Plaza de la Danza, porque era el patio de la escuela primaria donde yo estudié.
En lo que hoy se conoce como Palacio Municipal estaban los salones de la escuela primaria anexa a la Escuela Normal Juan Jacobo Rousseau. Y mi maestro de cuarto año era Natalio Ramírez Pérez. Eran los tiempos del borrador y la regla como estrategia pedagógica.
Juegan las mujeres en el Gimnasio Universitario del centro de la ciudad. En las gradas mujeres y hombres jóvenes animan al equipo de sus preferencias con gritos y porras. En la cancha rebota una pelota, el sonido que produce testimonia el paso del tiempo. Saltan por el balón los cuerpos esbeltos de mujeres universitarias.