Bloquean vecinos de la Gómez Sandoval por obra inconclusa
OAXACA, Oax. 27 de mayo de 2015.- El Hospital Civil Dr. Aurelio Valdivieso, que en 1965 inauguró el entonces presidente de México, Gustavo Díaz Ordaz, es un paciente agónico. Abrió sus puertas con 180 camas y fue uno de los hospitales con la mejor tecnología de la época; hoy resulta insuficiente y deficiente para la atención de 75 mil consultas al año.
Hay días en que a los pacientes se les atiende en el piso o en una camilla, si les va bien. El déficit de camas supera 40%, con respecto del número de pacientes diarios, explica Carlos Pérez Bautista, delegado de la subsección 07 de la Sección 35 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Secretaría de Salud (SNTSA).
Cada día se atienden a alrededor de 90 personas, provenientes de todas las regiones del estado, lo que satura el servicio.
Inició con 180 camas y actualmente hay 240, y son insuficientes. “Es como si todos los días hubiera una contingencia —describe un médico —; hay pacientes en camillas, en sillas de ruedas, colocados en los pasillos y otros en la sala de espera, porque no se puede sacar a uno para ingresar al siguiente”.
En vez de celebrar los 50 años de servicio a la sociedad, médicos, enfermeras y personal administrativo de este hospital están en huelga desde el pasado 4 de mayo para demandar mejoras en instalaciones, insumos, medicamentos y recodificación para obtener mejores ingresos, acorde a sus actividades.
El mayor número de atención lo tiene el servicio de urgencias y el de tococirugía, donde las labores continúan, aunque el personal también está de acuerdo con el paro de labores.
“La necesidad es un hospital de 320 camas, eso ayudaría y que la atención realmente se diera en las regiones, así disminuiría la sobresaturación”, expone el subdelegado.
Sábanas rotas, sillas de ruedas con algún desperfecto, camillas carcomidas por tanto uso, instrumentales de mala calidad, pero que deben ser reutilizados por falta de ellos.
“Tomamos la decisión de atender a los pacientes en el suelo, parece una mala calidad, pero es preferible a que se muera si se les indica otro traslado”, señala.
ATIENDE 24 NACIMIENTOS AL DÍA
Julieta Maricela Valencia Sandoval ordena instalar a una paciente en una camilla “mientras se desocupa una cama”. Es la décima mujer del turno de la mañana que salió de un parto y el espacio ya está saturado. Se ocuparon durante la noche las seis camas existentes y los pasillos para instalar en camillas a otras, una paciente espera de pie, sosteniendo el suero.
Maricela es la jefa de enfermeras del cuarto piso, el de mayor demanda, el de tococirugía, el que atiende a mujeres embarazadas, y el que día y noche está en constante movimiento.
Calcula que cada hora nace un bebé. “Por día, atendemos hasta 24 nacimientos y sólo tenemos seis camas en la sala de labor y seis más en la de recuperación, normalmente debe haber 12 pacientes, pero cuando llegan ni modo de decirles ‘no las recibimos’”, explica.
El déficit de enfermeras en tococirugía es mayor a 20%: “Lo óptimo sería tener 15 enfermeras por turno, pero cada enfermera hace el trabajo que le corresponde a tres”.
En este hospital “las mujeres paren y se van”. Las pacientes salen pocas horas después de tener a sus hijos, porque hay otras que están en espera de una cama o de ser atendidas.
Una enfermera del Hospital civil tiene un ingreso aproximado de 6 mil pesos a la quincena, con antigüedad, pero hay quienes ganan menos y trabajan igual, sin prestaciones ni reconocimiento de una plaza federal.
Blanca Gómez, la encargada del programa de lactancia materna, menciona que en el área se carece de insumos, “no hay medicamentos, ropa, lo más esencial, equipos para poner un suero y a veces urge porque los pacientes llegan con hemorragias”.
Advierte que el problema de salud requiere un viraje total en las políticas públicas. “Con la llegada del Seguro Popular incrementó el número de pacientes porque hay mayor cobertura, pero atendemos a más con lo mismo y por eso las deficiencias del servicio”.
Añade que el control natal es algo que se ha perdido, principalmente en las comunidades, donde los programas del gobierno federal incentivan a tener más hijos. “Tenemos mujeres con 12 o 13 hijos, y las condiciones en que tienen a sus hijos no es la óptima”.
Honorio Galván Espinoza, médico adscrito al servicio de tococirugía, certificado por el Consejo Mexicano de Ginecología y Obstetricia, reconoce con pesar que en este hospital no se cumplen las normas para la atención a mujeres embarazadas, pero explica que esto es por las condiciones en que trabajan.
“Sabemos que la atención es deficiente, pero no podemos dar una atención adecuada a la paciente, cómo darle la oportunidad de deambular si deben estar esperando en el pasillo; cómo si se recuperan del puerperio con su bebé en brazos, sentadas en una silla de ruedas”.
Como médico —dice— le preocupa que muchos de los casos vayan al ámbito jurídico, reclamando negligencias y el doctor es quien tiene la mayor carga. “No demandan al secretario de Salud, ni al jefe del Seguro Popular, el responsable es el médico y éste es el que hace un esfuerzo enorme, porque con lo poco que se tiene debe cumplir su deber”.
Ricardo Amador, jefe del servicio de obstetricia, expone que el hospital también incumple con las evaluaciones de Protección Civil, que han sustentado la sobresaturación de pacientes con revisiones por la seguridad de los mismos. “Protección Civil dice que debe haber seis pacientes en la sala de labor, que son las camas que hay, pero a veces amanecemos con 20, ¿a dónde las metemos? A veces el pasillo es insuficiente”.
PACIENTES CRÓNICOS, SIN POSIBILIDADES
En el Hospital civil un paciente crónico no tiene muchas posibilidades de sobrevivir. El nivel de atención para diabéticos, por ejemplo, es en la especialidad de medicina interna y la diálisis peritonial; pero la diálisis y la hemodiálisis, requerida para pacientes más críticos, ya no se hace. El costo lo deben asumir en el servicio particular y muchos se quedan en eso “es un problema grave”.
Es una de las solicitudes del personal a las autoridades, que se amplíe el servicio incluso para la hemodiálisis.
“Nos estamos quedando sólo con la atención de partos, se atienden otras especialidades, pero los médicos especialistas tienen un código de médico general, cuando debería tener un ingreso de 50 mil pesos al mes, aquí apenas alcanzan los 28 mil y eso por antigüedad, los de nuevo ingreso tienen un sueldo menor”.
El personal del hospital tiene tres turnos y las guardias del fin de semana, que es cuando la sobresaturación se hace más notoria. “En urgencias tuvimos el año pasado 43 mil 800 consultas, es decir, aquí es donde se atiende la mayor parte de las emergencias médicas”.
El próximo 28 de mayo está programada la reunión del personal del hospital civil con las autoridades del estado y federales del sector salud. El paro era para presionar y anticipar la mesa, pero la postura ha sido inamovible, se atenderá conforme a la programación y de acuerdo con la cobertura presupuestal aprobada. En la mayoría de todas las demandas, la respuesta ha sido la misma: no hay dinero.
Texto publicado en El Universal