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Quiénes somos | Cipriano Miraflores
Huajuapan de León, Oax. 28 de julio de 2013 (Quadratín).- La grey católica de Huajuapan de León rindió tributo al Cristo moreno, con una magna procesión que recorrió durante seis horas aproximadamente las principales calles de la gran Ñudee, que fue cubierta de alfombra multicolor de aserrín, elaborada por vecinos y devotos desde la madrugada del miércoles 24 del actual.
Desde las seis de la mañana del pasado jueves, al santuario parroquial del Sagrario Diocesano, aposento de la monumental imagen, una multitud de gentes, acompañada de un Mariachi, le cantaron las mañanitas, antecediéndose previamente con prolongados aplausos y vivas al Señor de los Corazones. En seguida el párroco Xavier Hernández Martínez, ofició la tradicional Santa Misa, en tanto, al interior del templo paulatinamente fue incrementándose el número de feligreses, hasta quedar en un lleno total.
En punto de las ocho horas de la mañana, partió la procesión, los miembros de la Hermandad, sacaron a hombros el pedestal sobre el que va recostado el histórico Cristo moreno, que llevaron a escasos hacia la calle de Madero, para tomar la de Porfirio Díaz, inmediatamente la gente del pueblo lo hizo suyo, formados a una distancia de entre seis a ocho metros aproximados, un grupo de 12 hombres, que relevándose llevaron la imagen a recorrer las calles de siempre heroica ciudad mixteca de Huajuapan de León.
Mientras, cientos de personas del sector de vecinos de las calles en el que recorrió la procesión, desde la madrugada, comenzaron una más de la ardua jornada de construir tapetes de multicolores aserrín, en todo lo largo y ancho de las calles, donde plasmaron bellos, dibujos, flores, figuras de corazones, fueron colocando previamente diseñados.
Es una labor que realizan gustosos y contentos años con años, explícitamente para la tradicional procesión del Cristo moreno señor de los corazones, que en este año el número rebasó de 16 mil feligreses, devotos y peregrinos, además de paisanos migrantes, procedentes de la Unión Americana.
Durante el recorrido, de seis kilómetros, entre las calles de Ignacio Vásquez, Gante; Constitución, doblándose enseguida sobre la de Ignacio Zaragoza; doblando sobre una la adyacente, para entroncarse con de la Carranza o carretera Internacional, siguiéndose sobre la misma arteria llamada 2 de abril, o Paseo internacional, para arribar sobre la 5 de febrero, hasta encontrase con la de Antonio de León, para nuevamente sobre la de Madero, y llegar al santuario del Sagrario Diocesano, en la que, hombres y mujeres, caminaron paso a paso, al lado del crucificado, con velas, veladoras, flores diversas, llevaban consigo, otros con ojos llorosos, de alegría, dolor y tristeza, pero todos con un reflejado amor y ternura al morenito, mientras que religiosas y laicos comprometidos, entonaban el tradicional canto, de la autoría del presbítero Luis Martínez Rivera.
De los corazones, Huajuapan te llama; Huajuapan te aclama, con toda su fe.
Corazón del pueblo, Jesús inocente; te puse pendiente, sangrando en tu cruz.
De los corazones, de todo Huajuapan, Tú eres el alma, amante Jesús.
Para proclamarte, nos hemos reunido, y todos pedimos, que seas nuestro Rey.
Por eso Trujano, estando en guerra; en la hora postrera, con fe te llamó.
Y tú lo miraste, le diste entereza; le diste la fuerza, y el triunfo final.
De tan largo el sitio, nos diste victoria; a ti sea la gloria, caudillo sin par.
Mi Dios hecho carne, recibe mi dueño; con todo el empeño, mi ofrenda y cantar.
Mi Cristo moreno, de los Corazones; en mis oraciones, te pido perdón.
Jesús bondadoso, que buscas al pobre; tu sabes mi nombre, recíbeme hoy.
La madres te miran, los hombres te amamos; todos te buscamos, con la juventud.
Bendice a Huajuapan, ¡Oh! Cristo Moreno; de mi vida el dueño, que estas en la Cruz.
De los corazones, así te llamamos; de todo Huajuapan, la gloria inmortal.
¡Oh! Cristo sangrante, conquistas mi cielo; me das el consuelo, y la libertad.
La mañana tarde del miércoles 24 de julio, fecha siempre histórica para los habitantes del corazón de la Mixteca oaxaqueña, es tradicional costumbrista, todos absolutamente todos salen a las calles, ya sea para acompañar la procesión, o simplemente para mirar, la belleza inigualable, de multicolores alfombra de aserrín, tendida a todo lo largo y ancho de las arterias del histórico pueblo de la gran Ñudee; en tanto, visitantes, turistas nacionales y extranjeros, se detienen para imprimir placas fotográficas, llevarse un bello recuerdo de esta ciudad Mixteca, causándoles sin duda alguna una gran impresión por la preciosidad exquisita e impactante del Cristo moreno, que los nativos llevan en sus hombros.
Al filo de las trece horas con cincuenta y dos minutos, arribó al santuario parroquial, caminado entre gigantesco mar de gentes, aplausos y vivas, fue el saludo fraternal, el monseñor Teodoro Enrique Pino Miranda, obispo Huajuapense, aguardaba la llegada, pronunció una breve locución, demandó del pueblo, vivir en armonía, trabajar siempre por el bien común, el amor y ternura es la fuerza del espíritu divino, el sacrificio, conlleva a la santificación de los hombres, dijo.
Recordó a la feligresía los postulados y pronunciamientos del santo padre Francisco, que en esta fecha y hora, se encuentra en su primer viaje apostólico papal en el país latinoamericano de Brasil, participando en la Jornada Mundial de la Juventud que tiene lugar en aquella nación sudamericana.
Al término de su mensaje apostólico, la imagen del morenito, entro a su aposento, para aguardarse desde ahí hasta el año venidero, ahí permanece con los brazos extendidos sobre la cruz de madero, al pendiente de los acontecimientos de la noble y heroica ciudad de Huajuapan de León.
Cabe destacar que desde casi al arranque de la procesión, la feligresía, ya comenzaron a formarse para pasar a darle el tradicional beso conmemorativo y de agradecimientos, a la sagrada reliquia de los huajuapaneses, además de que las féminas, también participaron en cargar el pedestal sobre el que esta puesta la imagen del crucificado. Así se escribió una página más la gloriosa historia de esta patria chica.
Foto: Karol Joseph Gálvez Vivar.