Diferencias entre un estúpido y un idiota
Oaxaca, Oax. 20 de enero de 2009 (Quadratín).- La descomposición social y política en la región de la Costa alcanzó al complejo turístico de Bahías de Huatulco, y de nueva cuenta evidenciaron la vulnerabilidad de los proyectos de inversión del gobierno federal en territorio oaxaqueño.
Primero fue en la región del Istmo, un grupo de pescadores bloqueó el acceso a la terminal marítima de la refinería, Antonio Dovalí Jaime, justo cuando emisarios gubernamentales pretendían convencer al gobierno federal de que se instalara en Salina Cruz la nueva refinería proyectada por el gobierno de Felipe Calderón.
De esta forma, la inversión de al menos 10 mil millones de dólares y la generación de unos 40 mil empleos, entre temporales, directos e indirectos, se esfuma en medio de actos de provocación y cinismo por parte de un grupo de pescadores ribereños y autoridades locales incapaces de evitar o resolver no solo las afectaciones a las instalaciones petroleras sino además los constantes bloqueos carreteros en la región.
Por otro lado, el presidente de la República acudió recientemente a la región de la Costa para anunciar el relanzamiento de Bahías de Huatulco, como uno de los proyectos de inversión más ambiciosos para la república mexicana.
Unos cuantos meses después grupos de camioneros materialistas secuestraron por más de 40 horas las principales avenidas de ese destino de playa para protestar por la competencia desleal de otro grupo de camioneros.
En un solo día, el bloqueo afectó a los pasajeros de cinco vuelos nacionales y cuatro internacionales además de los tres mil pasajeros del crucero Royal Princess que no pudieron recorrer las bahías prometidas en el itinerario de un largo recorrido por el Océano Pacífico.
A pesar de la gravedad de los hechos el agravio sigue impune, ni una sola denuncia, ni un solo detenido.
La falta de castigo obedece a que los grupos en pugna son camioneros afiliados a la CTM y la CROC, dos de las supuestas centrales obreras afiliadas al Revolucionario Institucional, reducidas a franquicias alquiladas por caciques locales con poderosos padrinos en las estructuras del gobierno y los ayuntamientos de la zona.
El 25 de marzo del año pasado se anunció un pacto de 12 secretarías de estado del gobierno de la República para el relanzamiento de Huatulco que contempla la construcción de dos mil quinientos cuartos de hotel, carreteras, ampliación del aeropuerto y la construcción de un hospital naval.
Diez meses después, salvo los intentos de avance en el trazo y licitación de la autopista a la costa, no hay nada, los proyectos siguen en eso y a cambio, la llamada clase política pendenciera, ambiciosa y retardataria no ofrece garantías para aterrizar la voluntad del gobierno y los inversionistas privados.
Por si algo faltara, en la región del Istmo el presidente de México habrá de revisar el proyecto del corredor eólico en medio de protestas del magisterio y decenas de organizaciones sociales que se oponen a los proyectos de inversión extranjera en la generación de energía alternativa.