Obispos de México: Un nuevo horizonte
Oaxaca, Oax. 16 de diciembre de 2008 (Quadratín).- El incendio que redujo a cenizas el trabajo de casi 30 años de Amatlán, Lachatao y Yavesía, calcinó también el poco pudor que quedaba de las instituciones que no han articulado una respuesta honorable para los pueblos Mancomunados.
La pérdida es enorme, los Pueblos Mancomunados son los mismos que han sido premiados a nivel nacional e internacional por el manejo sustentable de sus bosques, ellos han invertido décadas de organización y gestiones para construir una empresa comunitaria que no destruye sus recursos maderables y aprendió a no depender sólo del gobierno para llevar servicios e ingresos a los habitantes de los pueblos.
Las serranos no se conformaron con los programas asistencialistas del gobierno y crearon 300 empleos directos en la fabrica de muebles y generan casi mil empleos indirectos entre leñadores, transportistas, ingenieros, mecánicos y proveedores.
Sin embargo, la noticia del incendio no trascendió la sección policíaca de los diarios y confiados en la corta memoria colectiva, muchas instituciones parecen ignorar el tamaño de la desgracia.
Apenas hace unas semanas otro incidente relacionado con el campo registró un comportamiento completamente distinto. El Ingenio las Margaritas de la familia Machado se declaró insolvente para pagar la zafra de unos dos mil cañeros de la Cuenca y con la quema de dos vehículos y un bloqueo carretero todas las instituciones acudieron presurosos a ofrecer sus oficios y los recursos del erario público para enderezar el desorden administrativo del ingenio y entregaron decenas de millones de pesos para ayudar a una empresa privada.
El mismo congreso del estado se vio obligado a sesionar para atender este conflicto y se sumaron al rescate de los cañeros y de paso a la industria azucarera.
Claro está que los dueños de los ingenios tienen amigos poderosos, el mismo gobierno de Vicente fox organizó el rescate de los ingenios y después de invertir dinero público se los regresó a sus dueños sin que la inversión se refleje en precios controlados en este producto de primera necesidad en la canasta básica.
El gobierno tiene experiencia en el rescate financiero de los bancos, en las carreteras y en los ingenios, siempre de la mano y de común acuerdo con los hombres más ricos del país pero se muestra indolente e insensible con la tragedia de los pueblos mancomunados de la sierra norte de Oaxaca.
La incongruencia llega a niveles del insulto, el silencio es vergonzoso. La noche del 13 de diciembre, cuando las llamas anunciaban a decenas de kilómetros la tragedia, ví llorar a los hombres de la sierra, desesperados e impotentes ante el poder devastador del fuego. Más solos parecen ahora ante el abandono de las instituciones y de la misma sociedad que los ignora.