Víctimas pisoteadas
Oaxaca, Oax. 8 de octubre de 2009 (Quadratín).- Finalmente el gobierno de Oaxaca dio a conocer formalmente su intensión de construir el Libramiento sur de la Ciudad de Oaxaca en el que planean una inversión de poco más de mil 500 millones de pesos.
Sin embargo, en menos de 24 horas después del anuncio, integrantes de una agrupación que se definió como el Consejo de Pueblos en Defensa de la Tierra y el territorio citaron a conferencia de medios para señalar que no permitirán la construcción de dicha obra.
En el edificio de la Sección XXII del SNTE y con la asesoría de personajes ligados a la APPO y al magisterio, los inconformes argumentaron que el libramiento causará daños a la agricultura, la ecología, la cultura y el libre tránsito de los pueblos del valle central.
Mientras tanto el gobierno de Oaxaca señala que esta obra ofrece una nueva ruta de comunicación para 14 municipios de la zona, descongestionaría el transito en la zona metropolitana y enlazaría a la supercarretera a México con las autopistas que se construyen al Istmo de Tehuantepec y a Puerto Escondido.
La longitud total de la obra será de 56 kilómetros, iniciaría en el entronque de la autopista a Cuacnopalan y terminaría a la altura de Tlacochahuaya, la construcción se prevé que pueda durar hasta dos años y los recursos ya están autorizados.
En medio de las dos posturas, todo parece indicar que los oaxaqueños nos ubicamos de nueva cuenta en la encrucijada del conflicto, la negación, la desconfianza y los negocios poco claros que tanto ha limitado el desarrollo de nuestra entidad.
A lo largo de la historia reciente de Oaxaca han surgido movimientos en contra de la remodelación del centro histórico, contra la instalación de una tienda de autoservicio en la zona norte de la ciudad y contra la carretera de 4 carriles en el cerro del fortín, por citar algunos ejemplos.
En el interior del estado las movilizaciones son en contra del parque eólico del Istmo, contra la presa Rio Verde en la costa, y la termoeléctrica en la presa Jalapa del Marqués.
Todo parece indicar que la condición natural de los oaxaqueños es la del conflicto. Usted se acuerda de algo en lo que sí nos pudimos poner de acuerdo?
Bajo estas circunstancias, el rezago, la marginación, la pobreza y la violencia no son consecuencia del abandono de la federación, al parecer somos nosotros mismos quienes limitamos cualquier intento de desarrollo social.