Cortinas de humo
Oaxaca, Oax. 27 de mayo de 2009 (Quadratín).- Las bandas de delincuentes relacionados con el narcotráfico enfrentan una nueva competencia por el control de la plaza.
Algunos elementos de la Agencia Estatal de Investigaciones tomaron por su cuenta las extorsiones en contra de los dueños de bares y giros negros y exigen cuotas de protección, es decir ahora son ellos el verdadero crimen organizado.
Desde la segunda mitad del 2007, el Ejército Mexicano, la Policía Federal Preventiva y la Policía Estatal enfrentaron y desarticularon las primeras células del Cártel del Golfo y sus grupos de sicarios que se instalaron en el Istmo de Tehuantepec, el Valle Central y la región de la Mixteca.
La respuesta de los sicarios fue violenta y en varias ocasiones los elementos de la Policía Estatal Preventiva fueron el blanco de los ataques que incluyeron granadas de fragmentación, armas de alto poder y emboscadas que cobraron la vida de al menos cinco elementos de esa corporación.
Desde entonces y hasta ahora, la Agencia Estatal de Investigaciones no ha sufrido sobresaltos, por un lado, por la misteriosa falta de resultados y por el otro, por los innegables signos de complicidad que se advierten entre los policías investigadores y los delincuentes profesionales.
La semana pasada un grupo de elementos de la Policía Federal Preventiva llegó a la zona de Cinco Señores para dispersar a efectivos de la Agencia Estatal de Investigaciones que habían cercado durante horas un bar de esa zona, los policías locales no mostraron orden de cateo ni siquiera un oficio de investigación y se limitaron a señalar que estaban investigando.
Como ésta son varias las denuncias de extorsión que se acumulan en las oficinas de las corporaciones federales.
El ejemplo de Michoacán debe obligar al procurador Evencio Martínez a realizar una investigación inmediata y ejemplar para salvar lo que se pueda, o lo poco que queda de la honorabilidad de la Procuraduría general de Justicia del Estado.