
Realiza INE segunda capacitación para elección del Poder Judicial
Oaxaca, Oax. 21 de abril de 2009 (Quadratín).- Organizaciones sociales, ambientalistas, campesinos, comuneros y maestros rechazaron la apertura de una mina en San José del Progreso, Ocotlán, y después de un bloqueo carretero de casi 33 horas lograron una mesa de trabajo con funcionarios estatales y federales.
Asesorados por activistas del CODEP y con la abierta participación de dirigentes magisteriales y un grupo de extranjeros, habitantes de esa comunidad del Valle Central han dicho que la mina es causa de muerte de animales, cultivos y seres humanos y aseguran que en la práctica, representa el despojo de los recursos naturales de los pueblos de la región.
Sin embargo, varias dependencias federales han dicho una y otra vez que la mina no está funcionando y que hasta ahora sólo tienen permisos de exploración para evaluar la cantidad de minerales que posee el yacimiento.
Ante la resistencia de las organizaciones sociales, el proyecto de la mina de Cuzcatlán pudiera convertirse en uno más de los muchos fracasos productivos que arrastramos en el estado.
A pesar de los enormes yacimientos que posee la entidad, la minería en Oaxaca es una industria casi inexistente, artesanal y con la más baja generación de empleos en las comunidades y de manera paradójica, algunas de los poblados en donde se concentran los indicadores de pobreza más lacerantes del país se asientan sobre grandes yacimientos minerales sub-utilizados y muchas veces inexplorados.
El proyecto Zaniza en la Sierra Sur, las minas de oro y plata en la Sierra Norte, los bancos de mármol y puzolana en la región del Istmo permanecen abandonados y a la espera de los grandes capitales nacionales y extranjeros ante la imposibilidad de los comuneros o ejidatarios por explotar sus propios recursos minerales.
En el caso de San José del Progreso, Ocotlán, empresarios extranjeros pretenden una inversión de casi 100 millones de dólares en la extracción de plata y una cantidad de ese tamaño despierta ambiciones, temores y suspicacias.
El silencio de las dependencias federales relacionadas con el medio ambiente, la extraña ineficacia del delegado de gobierno en la zona para destrabar las inconformidades y el activismo de agrupaciones políticas así como algunos extranjeros disfrazados de observadores de derechos humanos se suman en una comedia de enredos en donde el objetivo central parece ser la negociación.
Cien millones de pesos es una tentación muy grande y los defensores de la tierra junto con los negociadores a favor de las inversiones reafirman la sabiduría del dicho popular
..Tarugo aquel que saca la miel y no se chupa los dedos.