Padre Marcelo Pérez: sacerdote indígena, luchador y defensor del pueblo
Oaxaca: entre la paz y la impunidad
OAXACA, Oax. 24 de abril de 2015.-1. Calles, carreteras, escuelas públicas y privadas, unidades de transporte, parques y edificios públicos, etcétera. Hoy esto y más puede ser bloqueado, tomado, secuestrado, invadido, secuestrado y hasta destruido. Aún tenemos, por supuesto, una Constitución Política e infinidad de leyes e instituciones que deberían garantizar orden legal, paz social y gobernabilidad, pero éstas han sido rebasados por la indolencia oficial, por un lado, y por una nueva “normalidad democrática” basada en la transgresión cotidiana de la ley, el desafío a las instituciones y el imperio del más fuerte.
2. Mediante un boletín emitido por la oficina de Comunicación Social del gobierno del estado se destaca una evaluación llevada a cabo por el Instituto para la Economía y la Paz que coloca a nuestra entidad como uno de los “más pacíficos” en México. Como cada año lo hace, el prestigiado organismo norteamericano señala en su reporte sobre el “Índice de Paz México 2015” que Oaxaca ocupa el lugar número 13 de con mayores índices de pacificación, de entre todos los estados del país. Chiapas y Veracruz estarían colocados en los lugares 6 y 7 respectivamente, de los estados del sur-sureste de México, en tanto que a nivel nacional los primeros lugares los ocupan Hidalgo y Yucatán, estos últimos datos no consignados en el boletín pero sí en el informe de esta especie de fundación o instituto de investigación con sede en Nueva York.
3. Pero en otro informe publicado recientemente – “Índice global de impunidad 2015”-,presentado por la Universidad de las Américas, campus Puebla, se revela lo siguiente: De 59 países miembros de la ONU, México es, después de Filipinas, el país peor evaluado en materia de seguridad, justicia y derechos humanos. El reporte refiere que México tiene dos dimensiones prioritarias que debe atender: la funcionalidad de su sistema de seguridad y la estructura de su sistema de justicia. ¿Qué lugar estaría ocupando Oaxaca en esta evaluación?
4. Entre festinar por estar considerado como una de las entidades “más pacíficas” de México, a formar parte de un país con uno de los índices mas altos de impunidad a nivel mundial, la realidad nos ubica en una tercera dimensión: Oaxaca es una entidad en donde la alternancia aceleró la descomposición social y política que ya se arrastraba de dos sexenios atrás. Y esta descomposición, con un poder ejecutivo que de facto renunció a ejercer sus facultades, ha dado paso a mayor impunidad, ingobernabilidad y una terrible e imparable espiral de corrupción y crisis financiera nunca antes vista.
5. Son muchos y variados los actores sociales y políticos que, aprovechando los vacíos de poder, han contribuido al deterioro del tejido social y político de Oaxaca. Y entre estos las organizaciones sociales clientelares han jugado un papel fundamental. Taxistas, mototaxistas, concesionarios del transporte urbano y foráneo, comerciantes ambulantes, prestadores de servicios, etcétera son sectores que hoy suelen resolver sus problemas gremiales, políticos y hasta familiares violando la ley y agrediendo en forma intermitente los derechos ciudadanos. Sumemos también a las organizaciones frentistas que fueron empoderados por el viejo régimen y que hoy o son aliados del gobierno de Cué o simplemente hacen valer su fuerza numérica y política para presionar, chantajear y luego, sangrar al erario. La denuncia del diputado local del PRD, Jesús López, ex dirigente del FALP y ahora promotor de una nueva organización social, con relación a la penetración del crimen organizado en algunas organizaciones clientelares, revela que la descomposición social y política de Oaxaca ya está tocando fondo. Y lo peor es que la sociedad civil se resiste o tiene miedo a alzar la voz. O de plano su silencio es la respuesta a su hartazgo y decepción.