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MÉXICO, DF, 24 de noviembre de 2014.- Mientras el país aparece cercado por diferentes grados y perfiles de crisis políticas, los estados de la república se han quedado atrapados en la inmovilidad.
Por ello fue significativo que el gobernador de Chiapas, Manuel Velasco, haya salido del espacio de la crisis nacional para impulsar agenda política en los Estados Unidos.
El dato no es menor. Chiapas sigue latente como factor de inestabilidad por la presencia del EZLN en movilizaciones políticas o en apoyos a otros movimientos sociales en otras partes de la república, además de ser una puerta para el gravísimo problema de la migración centroamericana sin control que ha creado un corredor del crimen organizado Chiapas-Tamaulipas.
El reciente viaje del gobernador Velasco a EE.UU. tuvo una agenda política y geopolítica. Por su posición geográfica, Chiapas es un interés geopolítico de Washington. Apenas en marzo el embajador estadunidense Anthony Wayne visitó Tuxtla Gutiérrez para tratar, entre otros, dos temas vitales para México; migración y “administración” de la frontera, aunque Chiapas sigue siendo también un espacio de atención estadunidense por muchos recursos naturales relacionados con la industria militar y de seguridad del vecino del norte.
Chiapas ha encontrado en los organismos internacionales de desarrollo una salida a las restricciones de inversión nacionales. A pesar de su riqueza en recursos naturales, en Chiapas ha habido muy poca presencia en proyectos nacionales por parte del sector privado; de ahí la posibilidad de que apoyos internacionales puedan detonar inversiones y actividades económicas y productivas. Hasta la aparición del EZLN se culpó de la violencia y la pobreza a la falta de empleos, pero hubo poca actividad pública y privada para desarrollar
Una gestión más que interesante fue la reunión del gobernador Velasco con el secretario general de la Organización de Estados Americanos, José Miguel Insulza, para afinar convenios de cooperación en temas de seguridad, gobernabilidad, gestión pública, derechos humanos, niñez, mujeres, indigenismo y desarrollo económico y social. En estos asuntos las posibilidades internas se han topado con ineficacias que han contribuido a extender los problemas gubernamentales. Sin embargo, se trata de temas vitales en Chiapas cuya persistencia como problemas habían generado inestabilidad y violencia.
Los temas de pobreza, seguridad fronteriza y derechos humanos han formado parte de la agenda de crisis e inestabilidad de Chiapas y han atraído la atención internacional, sobre todo de la embajada de EE.UU. En México hay un interés especial porque Chiapas es, con todo y a pesar de todo, una zona de seguridad nacional binacional.
Hasta ahora, pocos gobernadores estatales habían salido a realizar gestiones políticas a Washington por la argumentación de que las relaciones bilaterales forman parte de la política exterior de México. Sin embargo, las gestiones diplomáticas oficiales se han centrado en la agenda presidencial sin entender que las entidades del país tienen sus propias necesidades.
El viaje del gobernador Manuel Velasco a EE.UU. logró colocar a Chiapas en el escenario fronterizo de Washington pero ya no como un problema de estabilidad nacional con efectos internacionales sino que abrió posibilidades de desarrollo económico en temas como café y áreas de inversión extranjera directa y de atención con otros enfoques a las crisis de migración, crimen organizado y seguridad fronteriza.
Y sobre todo, el gobernador Velasco rompió el cerco de la crisis guerrerense mostrando que en otras entidades están pensando en el desarrollo.
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@carlosramirezh