Bloquean vecinos de la Gómez Sandoval por obra inconclusa
OAXACA, Oax. 1 de noviembre de 2014.- El Día de Muertos en Oaxaca es reverencia, luto y respeto hacia quienes partieron al más allá. Pero también es fiesta, regocijo, vendimia, comidas y bebidas.
Es sábado 1 de noviembre, llamado Todos Santos. Mientras en los pueblos se comparten los alimentos y se intercambian ofrendas, como pan, chocolate, frutas y mole, en los camposantos el bullicio es interminable.
En el Panteón Jardín se puede encontrar todo ello. Ubicado en el municipio de San Andrés Huayapam, pero bajo la administración del municipio de Oaxaca de Juárez, el segundo panteón en importancia en los Valles Centrales ya comienza a recibir a cientos de visitantes.
Aunque el día 2, conocido como Fieles Difuntos, es la fecha en que se acude a esos sitios a convivir con los familiares fallecidos, este sábado ya colman el lugar.
Casi un kilómetro antes de ingresar al panteón, se sitúan elementos de la Policía Vial para orientar a los automovilistas y tratar de ordenar el tráfico. A partir de ahí, inicia también en ambas aceras la presencia de vendedores de flores, frutas, cervezas, comida y recuerdos.
También juegos mecánicos, inflables para los niños, aguas frescas, todo bajo escasa vigilancia de autoridades sanitarias y de protección civil. Una cuadrilla de autoridades de Huayapam recorre la zona para verificar que los vendedores hayan pagado su respectiva cuota.
En el acceso principal del camposanto, enormes filas de venta de flores, desde 30 pesos y más; más adentro, trabajadores de la salud que reparten folletos y recomiendan tomar medidas para evitar el dengue, entre ellos utilizar arena mojada en lugar de agua para los floreros.
En el interior, la limpieza de las tumbas continúan; algunos ya iniciaron los festejos y conviven, entre mole, pan de yema y chocolate; unos más mezcal y cervezas; otros una grabadora enorme para poner la música que le gustaba al difunto.
Adultos y niños conviven, entre alegrías y tristezas.
Doña Rosa es la expresión de la soledad. La anciana llegó este sábado al lugar, con un pequeño ramo de flores para visitar a su familiar en una sencilla tumba.
“Pues qué le vamos a hacer hijo, el dinero ya no alcanza para nada”, dice, mientras reflexiona al pie de la tumba de su marido.
Ella, explica, vino este sábado a visitar a su ser querido para evitar los tumultos del 2 de noviembre. Reza, le salen lágrimas, recuerda a su difunto; comparte su soledad con el bullicio del lugar.
Es sábado en el Panteón Jardín, día también de la llegada de los “angelitos” a la casa de las familias. Víspera de la celebración general en los panteones. Día de los comerciantes informales, que hacen su agosto en pleno noviembre.