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MÉXICO, DF. 8 de noviembre de 2013 (Quadratín).-El Ombudsman nacional, doctor Raúl Plascencia Villanueva determinó iniciar de oficio una queja por la presunta violación a los derechos humanos de pobladores indígenas que profesan la religión evangélica, derivado de la intolerancia religiosa que prevalece en el municipio de San Juan Ozolotepec, Oaxaca.
El pasado 4 de noviembre de 2013 el titular del Ayuntamiento ordenó demoler su templo, linchar, encarcelar y torturar a los seguidores de la congregación religiosa. Visitadores adjuntos de la CNDH se trasladaron hasta esa población para entrevistarse con los afectados, así como con las autoridades municipales y estatales.
A fin de integrar el expediente recaban evidencias y solicitaron información a la Secretaría de Gobernación, la Secretaría General de Gobierno y Procuraduría General de Justicia locales.
La Comisión Nacional de los Derechos Humanos sostiene que el Estado mexicano tiene el deber de garantizar la libre manifestación y ejercicio de conciencia y de religión, sea de manera individual y colectiva, tanto en público como en privado, toda vez que se trata de un derecho inherente a cada individuo, cuyo principio radica en su dignidad y en su consecuente autodeterminación como persona.
Una vez concluida la investigación y después del análisis y la valoración de las evidencias, la CNDH emitirá la determinación que conforme a derecho corresponda.
Este Organismo público autónomo reitera su llamado a la sociedad en general para redoblar esfuerzos y superar y erradicar la intolerancia religiosa.
Ha denunciado que a pesar de los avances en la materia en nuestro país, el fenómeno crece y cobra más víctimas, sobre todo en las áreas rurales e indígenas. La persecución por motivos religiosos da lugar a acciones que vulneran los derechos humanos de difícil o imposible reparación.
Los usos y costumbres de las comunidades indígenas no deben ser la excusa para cometer estos delitos y menos con la intervención de las autoridades locales, tanto civiles como religiosas.
México es un país donde conviven diversas religiones, aunque la predominante es la católica, que según cifras oficiales, profesan 83.9 por ciento de los mexicanos de cinco años y más; los protestantes o evangélicos, siete punto seis por ciento, otras religiones dos punto cinco por ciento y el cuatro punto seis por ciento declaró no tener ninguna religión.