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México no se arrodilla ante EU, ya está postrado ante el narco
Isela Sedano/ Colaboración
Oaxaca, Oax. 21 de marzo del 2012 (Quadratín).- Corría el año de 1828, para ser más exactos 14 de agosto, cuando un joven de ideas avanzadas y espíritu liberal llamado Benito Pablo Juárez García se inscribió en el naciente Instituto de Ciencias y Artes, inaugurado el 8 de enero de 1827 por disposición del entonces gobernador don Ignacio Morales; la fuerza moral de aquel instituto la constituyó la nobleza de ideales de catedráticos y estudiantes que presintieron el advenimiento de una nueva era en el campo de la educación y de la cultura.
En 1829, siendo Juárez un alumno aventajado del Instituto, se anunció la invasión española por la reconquista de México, Juárez se alistó en una de las milicias que salían en defensa de la Patria. Afortunadamente la expedición fracasó y el general Barradas volvió sobre sus propios pasos, esto hizo que Benito prosiguiera con sus estudios interrumpidos y el 30 de julio de ese mismo año sustentó un acto de derecho público en el que sostuvo:
a) Los poderes constitucionales no deben mezclarse con sus funciones.
b) Debe haber una fuerza que mantenga la independencia y el equilibrio de estos poderes.
c) Esta fuerza debe residir en el tribunal de la opinión pública.
Los conceptos anteriores hablan de la capacidad e inteligencia del estudiante de Derecho, aún sin haber cumplido un año de haberse inscrito en el Instituto.
En 1830, se le nombra maestro sustituto de la clase de Física Experimental de su propio plantel, con sueldo de 30 pesos mensuales; era el primer hijo del instituto que se convertía en maestro de sus condiscípulos.
Nadie era capaz de dudar de la honradez de Juárez, teniendo en cuenta las penurias económicas del joven catedrático y porque hay profesores que cobran sin trabajar, devuelve íntegramente sus sueldos por no contar con suficientes alumnos en su grupo, lo que hizo constar en la junta directora, realizada el 25 de febrero de 1834.
El 12 de agosto del mismo año, sustenta el segundo acto público con el tema:
a) La elección directa es la más conveniente para un sistema republicano.
b) Esta elección se hace tanto más necesaria cuánto más ilustración haya en el pueblo.
En aquel tiempo bastaban dos actos públicos para adquirir el título de abogado, por lo que el 3 de diciembre solicita su primer examen profesional que tuvo lugar el 7 del mismo, el tema fue Lesión en el contrato de venta, sus sinodales fueron los C. Francisco Mimiaga, Luis Paulino Castellanos, Tiburcio Cañas y el doctor Juan José Quiñones, quienes lo aprobaron por unanimidad. En 1831 termina la carrera de leyes.
Alumno destacado, maestro brillante, político ejemplar y estadista único, hace de la figura de Juárez un emblema de inspiración inagotable, fruto del Instituto de Ciencias y Artes, hoy Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca, convertido en documento humano, de exaltación y estímulo para todas las generaciones de egresados, maestros y alumnos que han pasado por las aulas de la UABJO, cuya obligación como herederos de tal patrimonio tiene que ser, enfrentar y salvar el destino de tan digna institución.
No permitamos que intereses individuales o de grupo hagan perder el sentido que el maestro Juárez delegó a las generaciones actuales.
El rescate de la UABJO está en las manos limpias, en el pensamiento universal, y en el corazón noble, en un marco de legalidad y justicia, porque los tres requisitos que debe tener un rector que dirija los destinos de la universidad son: inteligencia que discurra, fuerte voluntad que disponga y extraordinaria energía que ejecute, esto depositado en la figura del precandidato a la rectoría, arquitecto Enrique Mayoral Guzmán, que con el orgullo de ser universitario, le apuesta al cambio, un cambio basado en los principios juaristas, con un toque de modernidad que exige la comunidad universitaria. Porque los grandes cambios surgieron de grandes ideas, dirigidos por grandes hombres, limpios y sin compromisos limitantes, el arquitecto Enrique Mayoral es uno de estos.
Foto:Web